El Valle Sagrado de los Incas es un lugar tan místico como majestuoso, que ofrece historia, cultura y numerosas experiencias de aventura, como kayak y stand up paddle en Piuray, canopy en medio de los Andes, y mucho más.
Ubicado en el corazón de los Andes, a tan solo una hora y media de la ciudad de Cusco, el Valle Sagrado de los Incas es un destino que combina la magia de la historia ancestral con la inmensidad de la naturaleza. Este icónico lugar es reconocido por su misticismo, su majestuosa belleza y sus paisajes incomparables, los cuales invitan a los viajeros a sumergirse en un entorno único. Quien lo visita no solo se maravilla con las imponentes montañas, sino que también se adentra en una experiencia cultural profunda, explorando sitios arqueológicos y viviendo en contacto directo con las comunidades locales.
La conectividad del destino lo convierte en una opción ideal para quienes desean escaparse de la rutina. Con vuelos directos desde Bogotá, Medellín y Cartagena a Lima, y múltiples conexiones desde la capital peruana hacia Cusco, el Valle Sagrado es un lugar accesible para los viajeros colombianos, con un tiempo de vuelo que no supera las tres horas desde Bogotá, o las tres horas y media desde Medellín y Cartagena.
Con la llegada a Cusco, la aventura continúa, y el Valle Sagrado ofrece alternativas para todos los gustos, desde recorridos tranquilos por paisajes andinos hasta actividades llenas de adrenalina.
Ciclismo en Maras
Para los amantes de la aventura, recorrer la localidad de Maras en bicicleta es una experiencia que combina deporte y naturaleza. A una altitud de 3,300 metros sobre el nivel del mar, las rutas de ciclismo permiten a los viajeros disfrutar de un paisaje andino impresionante, rodeado de montañas y cielos azules. Las rutas varían en dificultad, permitiendo elegir el trayecto adecuado para cada nivel.
El recorrido más sencillo, un trayecto corto desde la zona conocida como Ramal de Maras hasta el pueblo de Maras, es perfecto para aquellos que buscan una introducción a la altura. En Maras, los visitantes pueden admirar la iglesia de San Francisco, construida sobre un antiguo adoratorio inca, y sus portadas de piedra ornamentadas con intrincados relieves.

Para quienes buscan un desafío mayor, se pueden recorrer 8 km hasta las Salineras de Maras, un sitio culturalmente impresionante, famoso por sus más de 3.000 pozos de sal formados por un proceso natural. Finalmente, los aventureros más experimentados pueden optar por la ruta más larga, que llega hasta las terrazas circulares de Moray, un centro de experimentación agrícola inca. Este sitio arqueológico es famoso por sus círculos concéntricos, que crean microclimas ideales para cultivar especies locales.
Kayak y Stand Up Paddle en Piuray
El Valle Sagrado también ofrece una experiencia de conexión profunda con la naturaleza a través de las tranquilas aguas de la laguna de Piuray. Rodeada de montañas, andenes agrícolas y pequeños poblados, Piuray es un lugar perfecto para disfrutar de actividades acuáticas como kayak y stand up paddle.

A bordo de un kayak o sobre una tabla de paddle surf, los visitantes pueden admirar la belleza paisajística que rodea la laguna, con el reflejo de las montañas y las nubes. Además, varias empresas turísticas locales ofrecen equipos adecuados y sesiones de inducción para garantizar la seguridad y disfrute de la actividad.
La experiencia en Piuray no termina allí. Aquellos que deseen aprovechar al máximo su visita pueden completar la jornada con clases de cocina o de yoga, impartidas a los pies de la laguna, en un entorno natural inigualable.
Canopy en medio de los Andes
Para quienes buscan una dosis de adrenalina, el canopy (tirolesa) en el Valle Sagrado ofrece una perspectiva única del paisaje andino. Volar a gran velocidad sobre un cable, con el viento en el rostro, brinda una vista panorámica que permite admirar el valle, los ríos y las montañas de los Andes desde las alturas.
Las opciones para realizar canopy varían, desde un único cable hasta circuitos que abarcan más de 2.000 metros de recorrido aéreo, cruzando un entramado de cables modernos. Las empresas locales que ofrecen esta actividad aseguran equipos adecuados y explicaciones detalladas sobre cómo disfrutar de la experiencia con total seguridad.
Vía Ferrata
Para los más audaces, la Vía Ferrata de Ollantaytambo es una opción que combina el senderismo de montaña y la escalada. Equipados con arneses, cascos y guantes, los aventureros suben por paredes rocosas, utilizando escalones y puentes colgantes hasta alcanzar los 300 metros de altura.
La subida es vertiginosa y desafiante, pero cuenta con cables fijos que garantizan la seguridad de los participantes. Una vez en la cima, los visitantes son recompensados con vistas espectaculares del Valle Sagrado. El itinerario culmina con un descenso en rápel de 100 metros, lo que convierte esta actividad en una experiencia única para aquellos que buscan un reto de adrenalina rodeados de la imponente naturaleza andina.