Como “país invitado” al 7º Encuentro de Acotur, Costa Rica participó activamente en el evento en torno a un tema en el que es referente indiscutible: el turismo sostenible. Hablamos con Evelyn Figueroa, del Instituto de Turismo de Costa Rica (ITC), sobre el proceso que ha seguido el destino centroamericano y la mirada del caso colombiano.
¿Qué enseñanza puede dejar el proceso turístico de Costa Rica a Gobierno, gremios, comunidades, etc.?
Evelyn Figueroa: Para los gobiernos, primero que nada, es establecer políticas de salud pública, de mejoramiento de infraestructura y de servicios básicos; sobre todo, de agua potable y electricidad; una electricidad que venga de fuentes limpias. Pero no solo es la administración adecuada de los consumos de agua y electricidad, también es la conservación y el respeto a nuestro medio ambiente; eso definitivamente nos ha dejado una gran enseñanza.
Hace más de cuatro décadas había un porcentaje muy alto, cerca al 40 % de nuestro territorio, que estaba desapareciendo. No sabíamos qué había pasado. Entonces de inmediato pusimos las barbas en remojo y el gobierno de turno estableció una legislación para proteger los parques nacionales. Para hacerlo resumido, hoy por hoy, el 26 % de territorio nacional —tenemos una extensión de 52 km2; Caquetá es más grande que nosotros— está declarado como parque nacional, patrimonio cultural o área silvestre protegida. Eso significa que los turistas pueden visitar las aéreas, pero no pueden acampar ni destruir nada. Hay una legislación que protege los manglares, no se puede destruir árboles endémicos; no se pueden hacer desarrollos hoteleros en cualquier lugar, hay que seguir una legislación del Ministerio de Ambiente y Energía.
En la parte social, tenemos claro que el turismo sostenible genera un asocio inmediato con los pequeños y medianos empresarios. Definitivamente, el turismo sostenible hace que busquemos alternativas para la preservación del medio ambiente. En Costa Rica, ese encadenamiento con los pequeños y medianos empresarios se vino a descubrir después de la pandemia, porque, como se dice, la creatividad nace de la necesidad. Mucha gente se dio cuenta de que tenía otros talentos y que esos talentos podían tener un asocio a la protección del medio ambiente. El recurso más valioso que tiene nuestro país es el recurso natural y, si lo destruimos, en menos de 10 años no vamos a tener nada.
“El recurso más valioso que tiene nuestro país es el recurso natural y, si lo destruimos, en menos de 10 años no vamos a tener nada”
¿Cómo pueden estas prácticas integrarse al caso colombiano, que es mucho más complejo por su extensión territorial, entre otros factores?
E.F.: Hace poco, un experto que visitó Costa Rica estuvo hablando sobre el fenómeno del ‘overtourism’ y todo este turismo masivo que está asfixiando a muchas ciudades del mundo. Apuntaba el experto que el turismo debe cumplir una función primordial y esa función es generar calidad de vida para sus ciudadanos; el día que ya no cumpla esta función, ya no cumple su objetivo. ¿Qué pasa? Que la sostenibilidad es una herramienta que ayuda, objetivamente, a sostener el desarrollo de un turismo que genere calidad de vida para sus habitantes, mejores ingresos y mejores prácticas para respetar nuestra y flora. Ese es un aspecto muy importante a tener en cuenta.



¿Cuáles son las iniciativas clave hoy en día?
E.F.: Una de las iniciativas en la que siempre trabajamos es tener estudios de cargas turísticas; conocer cuánta carga pueden aguantar los parques nacionales y las zonas que más turismo reciben. Si hay una cuota de 150 visitantes al día, pues no se pasa de ahí, para no impactar el medio ambiente y que la fauna pueda moverse en libertad. Se trata de tener una política organizada y un plan para ir sosteniendo ese turismo. Hay que reflexionar entonces y, como decía nuestro director de Gestión Turística, Gustavo Alvarado (foto) en su conferencia: no es lo que el turista quiera de nuestro destino sino lo que nosotros le podemos ofrecer.
¿Qué recomendaciones puede formular sobre el caso colombiano?
E.F.: Conocimiento. Respetamos y admiramos mucho a Colombia. En este Encuentro nos hemos dado cuenta que ustedes tienen parques naturales de un millón de hectáreas, de 200 mil hectáreas. Entonces, no es lo mismo cocinar para cuatro personas que cocinar para 200; en ese camino puede que la comida no llegue bien, con la mejor sazón o a tiempo para todos. Es un ejemplo gráfico del caso de Colombia.
Sin duda, uno de los elementos que nos ayudó a desarrollar un turismo sostenible y administrado es, precisamente, que somos un país pequeño. En 52 km2 albergamos el 6,5 % de la biodiversidad del mundo. Somos un corredor biológico. Si Colombia tiene 1900 especies de aves, Costa Rica tiene 900, apenas en un pequeño territorio.
Entonces el reto y desafío de ustedes es muy grande, pero no imposible. Y el conocimiento es básico: el que tiene la información tiene el poder. Es clave contar con los estudios de impacto y las mejores asesorías que nos digan cuál es el norte, hacia dónde debemos ir, qué está haciendo mi competencia que yo no haga, etc., y no creernos que somos la tapa del perol. Nosotros nunca decimos que somos un referente de turismo sostenible. Probablemente no somos los mejores, pero cada día es una mejora continua porque siempre hay desafíos.

¿Cómo llega Costa Rica al Encuentro de Acotur?
E.F.: Esta fue una iniciativa de nuestra agencia, acorde con nuestro propósito de posicionar mejor al destino Costa Rica en los mercados suramericanos con potencial, y Colombia, por supuesto, es uno de estos mercados. Hay que señalar también que dentro de todas nuestras acciones de promoción y mercadeo la sostenibilidad siempre es el norte. Entonces, queríamos entender entonces qué es para Colombia el turismo sostenible y cómo podemos colaborar e integrarnos. También queríamos entender un poco mejor cómo manejan ustedes factores que tal vez nosotros no estamos acostumbrados a tener a nuestro alrededor.
Recalcar también que tuvimos una serie de relacionamientos con agentes de viajes que venden Costa Rica para saber cómo lo venden, qué es lo que sus clientes buscan y ven en el destino, qué tipo de cosas les gusta ver, cómo se movilizan; todo esto para poderlos asesorar sobre qué tipo de itinerarios puede ofrecer, siempre reforzando que lo más importante es que tengan un DMC que desarrolle el producto y pueda decir con toda claridad: usted puede estar 10 días en Costa Rica y hacer actividades de playa, de montañas, de haciendas cafeteras, de aguas termales, deportes acuáticos, etc. Es un producto turístico muy estructurado.