Las arenas de México, República Dominicana y Jamaica son el escenario de la cadena hotelera que apela a complacer los distintos grupos etarios y sus gustos y necesidades.
Rèport charló con los representantes del grupo Karisma, Jennifer Castro, directora de ventas para Latam, y Pablo Jaitman, vicepresidente de ventas y marketing para México y Latam, sobre la estrategia de distribución de la marca y algunas recomendaciones para las ventas de sus hoteles.
¿Cómo definirían lo que es Karisma?
Karisma es una cadena hotelera con muchísima experiencia pero que está abordando una transformación apostando a futuro por unas marcas exclusivas. Nuestros valores distintivos son la calidad en el servicio, conceptos de experiencia, de lujo y hacemos resort donde las personas que nos visitan pueden pasar unas vacaciones distintas desde el servicio, la gastronomía, los espacios que ocupamos en destinos como Riviera Maya, Dominicana o Jamaica. Nos distinguimos, justamente, por dar una experiencia de calidad desde la parte del cuidado de los alimentos hasta el entretenimiento en los hoteles; y por supuesto, incluyendo el servicio que proporciona todo el personal en las instalaciones.
¿Dónde se distribuyen los hoteles de la marca?
En México están concentrados en Riviera Maya y Riviera Cancún. En República Dominicana, nos encontramos en Punta Cana y Uvero Alto, una zona de playa que queda hacia el norte y cuenta con mucho desarrollo de real estate, últimamente. También estamos en Jamaica, y más precisamente en Negril, cerca de Montego Bay, en una zona de playa muy especial que está catalogada como una de las más lindas del mundo.
¿Los hoteles de Karisma se diferencian en cuanto a categorías o perfiles?
Tenemos tres niveles. En el Azul Beach nos enfocamos en familias, con habitaciones más amplias para hasta cinco personas que serían dos adultos o tres niños. Tenemos un nivel de “lujo relajado” que son los Margaritaville; y para esas experiencias e inolvidables vacaciones, contamos con los Nickelodeon.
¿Qué lugar ocupa el público latinoamericano para la cadena?
Es muy importante. De hecho, ahora a través de esta nueva estructura dedicada a Latinoamérica, de latinos para latinos, queremos construir vínculos muy especiales con todas las agencias de viajes, turoperadores y agencias online para poder promocionar los hoteles y para poder movilizar más pasajeros. El año pasado, toda Latinoamérica representó un 10 % del total de la ocupación de nuestros hoteles. Tenemos como objetivo hacer crecer ese número dos o tres veces en los próximos dos años.
¿Sobre qué ejes van a trabajar para lograrlo?
-De la mano de la comunicación en principio. Pero también traemos incentivos muy importantes, un plan de marketing y entendemos que el producto hace un match perfecto con los deseos, los gustos y la exigencia del pasajero a la hora de planear y disfrutar sus vacaciones porque son espacios donde está asegurado que la pasen bien tanto los adultos como los niños. En los hoteles uno puede quedarse desde cinco a ocho noches y siempre va a encontrar algo diferente; se puede disfrutar el mar pero al mismo tiempo las instalaciones muy nuevas con prestaciones y amenities de lujo para que la gente la pase muy bien.
La parte de entretenimiento con nuestra marca Nickelodeon, que es un producto especial que no tiene comparación en el Caribe. Al mismo tiempo tenemos una propuesta gastronómica de lujo para los adultos. Entonces, ganan los dos, los chicos y los grandes, y esto hace, además, que uno si quiere pueda concentrar sus vacaciones ahí sin siquiera moverse con el plus del cuidado de los niños. Son hoteles pensados para experiencias únicas, todo puertas para adentro, de tal forma que los pasajeros vienen a disfrutar casi toda la estadía dentro del hotel. Tal vez pueden contratar alguna excursión de buceo, de paseo, pero normalmente la mayoría de la gente toma el traslado del aeropuerto al hotel y luego del hotel al aeropuerto ya cuando se va.
¿Apuntan a un segmento determinado de público?
-Nosotros decimos que cualquiera puede ser un buen pasajero o un buen cliente. No queremos crear una idea de que es un producto de lujo, sólo para gente que tiene mucho poder adquisitivo. Así que nuestras tres marcas apuestan a cualquier persona que esté buscando playas y para eso estamos en la primera línea. Si el cliente está buscando estar totalmente relajado, recostado al sol, buscando lujo y confort, con música en vivo durante todo el día, tenemos Margaritaville. Si el cliente está buscando que los niños estén siempre entretenidos, tenemos los Nickelodeon. En realidad todos nuestros hoteles tienen servicios para el cuidado de niños para que la pareja pueda disfrutar a solas.
¿Cómo se los contrata?
A los clientes jóvenes les gusta cotizar y comprar online a través de una plataforma en línea. Tenemos muy buena relación y distribución a través de los canales online, donde se presentan tarifas de último minuto, promociones y demás. Y luego tenemos nuestra gran relación a través de los mayoristas; ellos arman paquetes, dan opciones de formas de pago. A su vez, tarifas y planes según los hoteles, con todo incluido y no tener que preocuparse por ningún gasto extra o sin comidas.
¿Qué anticipación se recomienda para las reservas?
Nuestra recomendación es de más de 90 días. Hoy tanto el pasajero argentino como el resto de Latinoamérica ha cambiado un poco el hábito de reservar y comprar pensando si los destinos podían estar abiertos o si podía haber alguna condición de cierre o alguna restricción. Creo que ya dejamos un poco atrás todo ello y ahora se está estandarizando entre 90 y 100 días. Nuestra recomendación es cuanta mayor anticipación, mejor posibilidad de conseguir cupo y precios.