El modelo costarricense de turismo sostenible y conservación ambiental continúa siendo un ejemplo de cómo el turismo puede impulsar la economía, proteger la naturaleza y mejorar la calidad de vida de las comunidades.
Este enfoque ha permitido que el país centroamericano obtenga logros ambientales destacados, como la reversión de la deforestación: pasó de tener una cobertura boscosa del 21% en los años 80 al 55% en la actualidad. Además, alberga 153 Áreas Silvestres Protegidas y 30 parques nacionales, lo que lo convierte en un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza.
A su vez, este compromiso con el medioambiente ha ido de la mano con un fortalecimiento económico. El turismo sostenible no solo impulsa la conservación, sino que también es un motor clave de la economía costarricense. En 2024, el sector representó el 8,2% del PIB y generó más de 180.000 empleos directos.
Este modelo ha recibido un amplio reconocimiento internacional, pues fue galardonado con el premio Campeones de la Tierra de la ONU en 2019 y, desde 2024, lidera el Comité de Sostenibilidad de ONU Turismo. Estas distinciones ratifican su compromiso con políticas alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y con un desarrollo verdaderamente responsable.
En ese sentido, la sostenibilidad también se refleja en acciones concretas como el programa Bandera Azul Ecológica, que certifica actualmente 140 playas por su calidad ambiental, seguridad y sostenibilidad. De estas, 15 son accesibles para personas con discapacidad, reafirmando así una visión inclusiva del turismo costarricense.
Una mirada social


Asimismo, Costa Rica prioriza el Índice de Progreso Social (IPS) como una métrica clave para medir cómo el turismo mejora la calidad de vida de sus habitantes. La combinación entre PIB e IPS permite al país promover un crecimiento más inclusivo y equitativo.
Además, continúa innovando con nuevas iniciativas. Programas como la Certificación para Recintos y el proyecto Futurismo promueven la adaptación climática y estimulan la innovación del sector privado. En línea con estos esfuerzos, el país también es signatario de la Declaración de Glasgow y parte activa de la Iniciativa de Plásticos de la ONU.