Con preocupación y un tanto de incertidumbre fue recibido en la industria turística el proyecto de Ley de Financiamiento (reforma tributaria) presentado por el Gobierno Nacional, especialmente la propuesta que toca directamente al turismo extranjero que visita el país.
El palo no está para cucharas en el Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Ese podría ser el resumen coloquial de lo que sucedió esta semana con la Ley de Financiamiento presentada por el Gobierno Nacional en lo que se refiere al turismo. Y es que luego de tres años de insistencia para retomar la exención de IVA a tiquetes aéreos y servicios turísticos, el mencionado proyecto de ley propone exactamente lo contrario: sumarles el IVA a los servicios turísticos a quienes no lo tenían, a saber, los turistas extranjeros que visitan el país.
Ese es solo uno de los 95 artículos (en realidad, es una derogatoria de un artículo vigente del Estatuto Tributario) que componen la llamada Ley de Financiamiento o reforma tributaria presentada este lunes por el Gobierno Nacional. En la rueda de prensa oficial, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, se refirió concretamente a esta medida que busca gravar con un 19 % de IVA los servicios turísticos prestados a residentes en el exterior que visitan Colombia.
“Aunque hay una dinámica bastante favorable en materia de turismo, actualmente hay una exención para los turistas que vienen al país, que no pagan IVA sobre sus hospedajes. Se considera que está exención no es incidente para garantizar la continuidad de la dinámica actual del sector de turismo y, de alguna forma, pasaría a ser no perceptible por parte del turista extranjero”, señaló Ávila.
“Esta exención realmente no está generando un beneficio real en cuanto al incremento del turismo, pero sí nos está generando una ausencia de ingreso de recursos equivalente a cerca de 70.000 millones de pesos”
Germán Ávila, ministro de Hacienda y Crédito Público
La medida, de hecho, se encuentra justificada en la Exposición de Motivos del proyecto de ley (ver abajo); un documento de 70 páginas que argumenta —mal o bien; eso hace parte del debate político y técnico que se viene— una contundente alza de impuestos en distintos campos y que desde ya generó la enconada reacción de muchos gremios y sectores políticos. En el caso del turismo, los gremios parecen estar analizando detenidamente el texto y los posibles impactos ¡La discusión apenas comienza!
Sin embargo, sobre esta medida en particular, algunos empresarios del turismo receptivo expresaron ya su preocupación por una inminente pérdida de competitividad del destino Colombia frente a otros países de la región. No era para menos, la razón de ser de la exención era precisamente esa: “generar un incentivo económico que incremente la competitividad del sector frente a otros destinos de la región”.
No obstante, cuando la plata escasea en casa, las facturas se revisan con mayor atención para evitar posibles fugas. No es extraño entonces que desde MinHacienda consideren hoy que este beneficio, más que un incentivo, sea un “gasto tributario” asumido por la Nación, pero sin ningún control y fiscalización por parte del Gobierno, ya que su aprovechamiento recae exclusivamente en los prestadores de servicios turísticos. reforma tributaria turismo
Según MinHacienda, “esta delegación de control abre la puerta a posibles distorsiones y prácticas indebidas, como la eventual omisión deliberada en la expedición de la factura de venta correspondiente a un no residente, prestando el servicio sin el debido registro fiscal”. Y agrega: “Tal situación no solo reduce la trazabilidad de las operaciones y dificulta la labor de la administración tributaria, sino que también incrementa el riesgo de evasión y de uso indebido del beneficio”.

“En la práctica, estos incentivos pueden desvirtuar el objetivo original de la exención, derivando en pérdidas de recaudo sin un impacto proporcional en la atracción de turistas internacionales, y beneficiando incluso a usuarios que no cumplen con los criterios establecidos”.
Exposición de Motivos – Ministerio de Hacienda
Para MinHacienda, los resultados positivos del turismo extranjero en Colombia son en sí mismos la evidencia de que “esta medida no generaría efectos negativos significativos” en la dinámica internacional. Argumentan que la mayor parte de la demanda de alojamiento en Colombia viene de turistas nacionales (69,7 %) y no de extranjeros (30,3 %) y que el gasto en alojamiento “representa una pequeña proporción (15,6 %) del gasto turístico total realizado por los visitantes no residentes”.
Finalmente, señala MinHacienda —y aquí aparecen evidentes sombras en la argumentación— el objetivo de la medida no es eliminar el incentivo sino centralizarlo en la DIAN. Se refieren, por supuesto, al mecanismo de devolución de IVA (Decreto 1625 de 2016) por medio del cual los turistas extranjeros en Colombia pueden solicitar a la DIAN la devolución de IVA por compras de ciertos bienes; un mecanismo que hoy nadie conoce, usa, ni mucho menos promueve.
Mal ambiente para la reforma tributaria

Para muchos sectores, sin embargo, es claro que no hay ambiente en el Congreso de la República para la aprobación de esta reforma tributaria. Así lo dejaron claro, por ejemplo, los senadores Efraín Cepeda y Esteban Quintero y los representantes Katherine Miranda y John Edgar Pérez en el panel de congresistas celebrado en el pasado Congreso Nacional de Agencias de Viajes, sin conocer aún el grueso del texto en cuestión. reforma tributaria turismo
El lunes, sin embargo, se ratificó lo que se esperaba. El proyecto busca recaudar 26,3 billones de pesos e implica un inusitada alza del impuesto a la renta, alza del impuesto al patrimonio, eliminación de los beneficios tributarios a los combustibles, e IVA del 19 % a las bebidas alcohólicas, entre muchas otras disposiciones. En las anteriores, sin embargo, puede leerse alguna afectación indirecta al turismo.
Para el economista y periodista Mauricio Galindo, es claro que los cambios en el impuesto de renta afectan los ingresos efectivos de las familias y, por tanto, el consumo. “Las familias van a tener un ingreso disponible menor al que tuvieran sin reforma. Esto significa menos compras para las empresas”, señaló en un foro virtual. reforma tributaria turismo
Para extrapolarlo a las agencias de viajes, con una dosis de especulación, es posible que, de aprobarse la reforma, una pareja reconsidere su viaje pendiente al sudeste asiático o a una familia sus vacaciones a los parques de Orlando con crucero en Las Bahamas. De otro lado, es claro que el encarecimiento de las bebidas alcohólicas afecta las actividades de ocio de todas las capas de la población. Además, por cuenta de los mismos impuestos propuestos, el proyecto de ley estima que en 2026 la inflación podría elevarse en 1,12 puntos, lo que terminaría afectar a las capas medias y bajas de la población.
Desde gremios como Fenalco y la ANDI la oposición a la reforma tributaria es vehemente. Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, calificó el proyecto como “aberrante” y Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, señaló que el proyecto busca financiar el “desmedido y ambicioso gasto burocrático y politizado del Gobierno”.
¿Qué viene ahora? Un contrapunteo político y económico de grandes proporciones. Mucha información y desinformación, escenarios y visiones opuestas. Lo primero que se viene, según explicó la senadora Angélica Lozano en un foro organizado por Portafolio, es la discusión del Presupuesto General de la Nación, que tiene hasta el 15 de septiembre para fijar (o no) su monto.
El monto propuesto por el Gobierno es de 556,9 billones de pesos, de los cuales se necesitan financiar 26,3 billones. La discusión de este proyecto de ley —estrechamente ligado con la ley de financiamiento— tampoco parece favorable para el Gobierno Nacional y, según muchos pronósticos, será aprobado por decreto por parte del Gobierno. reforma tributaria turismo