Numerosos países de América, Europa y Asia han suspendido los viajes a África Austral tras despertarse las alarmas sanitarias frente a la nueva variante ómicron originada en esta región y cuyos casos ya se reportan en Bélgica, Sudáfrica, Hong Kong e Israel. La OMS, por su parte, instó a los países a apegarse a las regulaciones internacionales de salud a fin de evitar restricciones.
Estados Unidos, Brasil, Israel, países de la Unión Europea y más han decidido restringir el ingreso a viajeros provenientes del sur de África luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la cepa B.1.1.529 del coronavirus, que denominó ómicron, es una variante “preocupante”.
La OMS dijo que determinar si esta variante supone cambios en la transmisibilidad o gravedad del virus tomaría varias semanas; sin embargo, hizo un llamado en contra la imposición de restricciones de viajes mientras no se cuente con suficiente evidencia científica.
Esta mutación, identificada por primera vez el 24 de noviembre en Sudáfrica, ya se ha detectado en Bélgica, Hong Kong, Italia, Australia, Israel y Botsuana. En alarma ante su dispersión, muchos países han anunciado el cierre de fronteras para viajeros de países como Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Esuatini (o Suazilandia), Mozambique y Malaui.
Por ejemplo, la Unión Europa recomendó a las 27 naciones del bloque impedir el ingreso de las personas provenientes de estos países. De esta región, Austria, España, República Checa, Alemania, Italia, Holanda, Suiza y Reino Unido ya anunciaron la suspensión de vuelos.
“Todos los viajes aéreos a estos países deben suspenderse hasta que tengamos una comprensión clara del peligro que representa esta nueva variante. Y los viajeros que regresan de esta región deben respetar estrictas reglas de cuarentena”, explicó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Asimismo, Filipinas, Irán, Arabia Saudita, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Turquía y Egipto anunciaron prohibiciones. Marruecos, por su parte, ha decidido suspender todos los vuelos entrantes durante dos semanas desde este 29 de noviembre. Lo mismo hizo Israel, que prohibió la entrada a su territorio de ciudadanos extranjeros y cuyos ciudadanos deberán presentar un test PCR y someterse a cuarentena durante tres días.
Al oriente, Japón establecerá una cuarentena de 10 días para los viajeros provenientes del sur de África; y Australia prohibirá vuelos desde nueve países africanos y vetará a los pasajeros no australianos que hayan estado en esta zona recientemente.
Desde las Américas, Estados Unidos, Canadá, Brasil, Chile, Argentina, Guatemala, República Dominicana y Guatemala ya han anunciado restricciones a estos países. En el caso de Estados Unidos y Canadá, se prohibirá el ingreso a las personas que hayan estado en los nueve países ya mencionados en un periodo antes de 14 días antes de su viaje.
Por su parte, la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, instó a los países a apegarse a la ciencia y a las regulaciones internacionales de salud a fin de evitar las restricciones a los traslados.
“Las restricciones a los viajes pueden contribuir a reducir ligeramente la propagación del COVID-19, pero representan una enorme carga para la vida y la forma de sustento”, dijo Moeti en un comunicado. “Si se implementan restricciones, no deben ser innecesariamente invasivas o intrusivas, y deberían estar fundamentadas en la ciencia, según el Reglamento Sanitario Internacional, el cual es un instrumento del derecho internacional jurídicamente vinculante (y) reconocido por más de 190 naciones”.
De igual forma, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa calificó a las restricciones de injustificadas: “La prohibición de viajar no está fundamentada en la ciencia, ni será eficaz para impedir la propagación de esta variante”, manifestó en un discurso el domingo por la noche. “Lo único que la prohibición de viajar hará es dañar aún más las economías de los países afectados, y socavar la capacidad de responder a, y también de recuperarse de, la pandemia”.
