A pesar de los anuncios previos de que se reforzarían los requisitos de ingreso en Reino Unido, el primer ministro dio a conocer que ya no se requerirá una prueba negativa de antígenos para entrar al país. Además, eliminará el requisito de autoaislamiento a la llegada.
Este miércoles 5 de enero, el gobierno británico anunció una relajación a los requisitos impuestos para la llegada de viajeros internacionales. La decisión relaja las medidas impuestas en diciembre de 2021 para contener la llegada de la variante ómicron. Así, el país volverá al sistema que había instalado en octubre de 2021.
Gracias a esto, a partir del 7 de enero, los viajeros internacionales ya no tendrán que presentar un test negativo de coronavirus antes de embarcar con destino a Inglaterra. Al llegar al país deberán realizarse una prueba de flujo lateral a más tardar al final del segundo día. No obstante, si están vacunados, no deberán aislarse mientras esperan el resultado. En caso de ser positivo, deberán realizarse una prueba de PCR para identificar nuevas variantes.
Según el primer ministro británico, Boris Johnson, la prueba diagnóstica necesaria para entrar en el país actualmente “desalienta” a muchos viajeros, que tienen “miedo” de “quedar atrapados en el extranjero e incurrir en un significativo gasto extra.
En su cuenta de Twitter el ministro de Transportes británico, Grant Shapps, reconoció que se da marcha atrás a las medidas anteriores, más restrictivas, porque en estos momentos “ómicron es la variante dominante y está muy extendida en el Reino Unido, y estas medidas ya no son proporcionadas“.
Cabe recordar que hasta el 26 de enero, Reino Unido mantendrá el uso de mascarilla en espacios cerrados como supermercados, la presentación de un test negativo o certificado de vacunación en grandes eventos y la recomendación de trabajar desde casa.