Como consecuencia de la desaceleración del turismo a nivel global, muchos hoteles, aerolíneas, cruceros, restaurantes y atracciones disminuyeron sus servicios y redujeron la cantidad de empleados. Ante la reactivación de la actividad durante los últimos meses, se ha puesto al descubierto la falta de empleados calificados que trae interminables esperas y cancelaciones.
En el momento más duro de la pandemia, muchas empresas de turismo, entre ellas hoteles, aerolíneas, cruceros, restaurantes y atracciones, disminuyeron sus servicios y redujeron la cantidad de empleados para afrontar la difícil situación económica. Ahora, ante la reactivación de la actividad durante los últimos meses, muchas de esas empresas padecen la falta de personal y recursos.
En el medio, los viajeros se enfrentan a largas esperas para recibir servicios, horarios limitados en restaurantes, falta de alojamiento o demoras en el check in (a veces por falta de personal de limpieza) y precios más elevados.
Mientras tanto, el verano comenzó en Europa con huelgas en aerolíneas y caos en los aeropuertos, lo que pone en vilo al sector que, ante este panorama, ve alejarse sus perspectivas de recuperación.
La compañía de bajo costo, EasyJet, anunció sus planes de recortes de vuelos en toda su red entre julio y septiembre luego de que el aeropuerto londinense de Gatwick y el de Schiphol, en Amsterdam, comunicaran que limitarán los servicios y el número de pasajeros. Asimismo, la aerolínea explicó que los problemas operacionales se deben a la escasez de personal de tierra y los retrasos ocasionados por los controladores del tráfico aéreo que en las últimas semanas convirtieron al británico Heathrow y al parisino Charles de Gaulle en un verdadero caos.
Del mismo modo, Frankfurt y Munich podrían estar al borde del colapso y la alemana Lufthansa advierte a sus pasajeros que ve “improbable que la situación mejore a corto plazo”. Por su parte, la irlandesa Ryanair lleva cancelados centenares de vuelos producto de las huelgas de sus tripulantes de cabina que exigen mejores condiciones salariales.
Pero no son los únicos. Los trabajadores de tierra de British Airways en el aeropuerto de Heathrow también enfrentan conflictos laborales y anunciaron que irán a la huelga entre finales de julio y agosto para reclamar mayores ingresos. También Air France y su filial de bajo costo Transavia mantienen el mismo problema con sus pilotos.
Sin soluciones inmediatas
De este otro lado del mundo el contexto no parece estar mejor y Estados Unidos ya comenzó a sentir las consecuencias de masivas cancelaciones de vuelos.
Delta Air Lines disminuyó alrededor de 100 vuelos diarios de su programación de julio mientras que Air Canada anunció que cancelará hasta el 10% de sus operaciones en julio y agosto, unos 150 vuelos al día.
Para Henry Harteveldt, director de Atmosphere Research, empresa de investigación de mercados, “los ejecutivos de las aerolíneas deberían haber previsto que habría una fuerte demanda para volver a viajar”.
El problema, en la mayoría de los casos, es que en el sector aéreo se despidió a demasiada gente con experiencia durante la pandemia y que las aerolíneas, los aeropuertos y otros rubros clave del sistema de aviación no contrataron y capacitaron a suficiente personal para sustituirlos.
En ese sentido, American Airlines aumentará el salario de los pilotos en un 50% en dos de sus aerolíneas regionales hasta finales de agosto de 2024, con la esperanza de acabar con la escasez de tripulantes que ya dejó a muchos pasajeros sin viajar.
A estos temas se suman el incremento de precios en el combustible y la restricción del espacio aéreo en Europa, producto de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Hoteles en busca de empleados
La falta de personal también se hace sentir en los hoteles de Estados Unidos. La Asociación Estadounidense de Hoteles y Alojamientos (AHLA) aseguró que el 97% de sus asociados sufre escasez de empleados y para la mitad, el problema ya es grave.
El área donde más se siente esa falta es la relacionada con los servicios de limpieza, ya que el 58% de los establecimientos lo señalan como su “mayor desafío”.
Para revertirlo, según AHLA muchos establecimientos están ofreciendo incentivos para cubrir las vacantes disponibles como incremento en los salarios, mayor flexibilidad horaria y ampliación de beneficios.
Suramérica no es ajena a esta realidad. En Argentina, por ejemplo, el presidente de la Fehgra (Federación Empresaria Hotelero Gastronómica de la República Argentina), Fernando Desbots, señaló que: “en la pandemia se perdieron 165 mil puestos de trabajo porque estábamos cerrados y los trabajadores migraron a otras actividades. Hoy recuperar a ese personal formado y con conocimiento nos está costando muchísimo”.
Además, de cara a las vacaciones de invierno, agregó que mediante un acuerdo con el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, la Federación lleva adelante un plan de capacitación en 16 destinos, con cursos dirigidos a mucamas, mozos y front desks.
Mientras tanto y con este contexto a nivel mundial, las ventas en el hemisferio norte comenzaron a ralentizarse el último mes. Un cóctel de inconvenientes impensado en la carrera de la reactivación turística para la que, según señalan los expertos, habrá que esperar al próximo invierno boreal.