Por reducir la competencia en la industria aérea, particularmente en los mercados de Boston y Nueva York, un juez del Tribunal de Distrito de Massachusetts ordenó a American y JetBlue poner fin a su alianza, conocida como Northeast Alliance (NEA).
El juez de Distrito de EE.UU., Leo Sorokin, argumentó en su decisión que American y JetBlue violaron la ley antimonopolio al repartirse entre ellos los mercados del noreste, “reemplazando la competencia total con una amplia cooperación”.
“Un sello distintivo de un mercado libre es el incentivo para luchar por los ingresos y los clientes contra los competidores directos (…) En cuanto a American y JetBlue, ese incentivo es eliminado por la NEA”, estableció la decisión del juez Sorokin y añadió que las aerolíneas solo ofrecieron “pruebas mínimas” de que la Northeast Alliance ayudaba a los consumidores.
Mientras los voceros de las dos compañías consideraron la decisión como “incorrecta” y manifestaron su “decepción”, el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, calificó el fallo como “una victoria para los estadounidenses que confían en la competencia entre aerolíneas para viajar de manera asequible”.
Se trata, de hecho, de una gran victoria para el gobierno de Joe Biden, que se la ha jugado por una aplicación efectiva de las leyes antimonopolio para frenar fusiones y acuerdos entre grandes corporaciones. En el caso del NEA, había entrado en vigencia a principios de 2021 con la aprobación de la saliente administración Trump, pero fue demandado por el Departamento de Justicia poco después de la llegada de Biden a la Presidencia.
Según los argumentos del Departamento de Justicia, la reducción de la competencia que implica este acuerdo les costaría a los consumidores estadounidenses más de USD 700 millones al año. En Boston, por ejemplo, American Airlines y JetBlue ocupan dos de los tres primeros lugares como las aerolíneas más grandes de esos mercados y en Nueva York, dos de los cuatro primeros puestos.
Las aerolíneas, por su parte, argumentaron que el Gobierno no puede demostrar que esta alianza, que ha estado vigente por 18 meses, ha conducido a tarifas más altas. Por el contrario, el acuerdo habría posibilitado la generación de mayor conectividad desde Nueva York y Boston para, de esta manera, competir contra Delta y United, en beneficio de los consumidores,
Los argumentos no fueron suficientes para Sorokin, sobre los que, precisamente, afirmó que no respaldaban el aparente beneficio del público aéreo estadounidense: “Cualesquiera que sean los beneficios para American y JetBlue de volverse más poderosos, en general en el noreste o en su rivalidad compartida con Delta, tales beneficios surgen de un acuerdo simple de no competir entre sí”, señala decisión del juez.
Cabe señalar que mientras se gestaba la decisión del juez del Distrito de Massachusetts, en marzo pasado, el Departamento de Justicia presentó otra demanda argumentando prácticas anticompetitivas, esta vez para bloquear la propuesta de compra de Spirit Airlines —la low cost más grande de EE.UU. — por parte de JetBlue.