El destino europeo sigue buscando reducir los efectos del sobreturismo y bajar los niveles de contaminación sonora.
Con el regreso del turismo masivo después de los dos años de pandemia, Barcelona busca aplacar una situación que ya era agobiante antes del Covid debido al constante aumento de turistas en la ciudad, con las consecuentes presiones sobre los precios y el ritmo de la vida cotidiana. Por ello, ha decidido establecer dos medidas: un límite para el tamaño de los grupos turísticos y la prohibición del uso de megáfonos durante los paseos guiados.
A partir de ahora los grupos de turistas en los paseos realizados en el Distrito Uno, el centro de Barcelona, no podrán exceder las 30 personas. La zona abarca el Barrio Gótico, Sant Pere, Santa Caterina i La Ribera, La Barceloneta. En las zonas más pequeñas, los grupos no podrán exceder las 15 personas. De igual forma, 24 calles y plazas tendrán indicaciones para circular en una sola dirección con el fin de mantener fluido el flujo de gente a pie, y las pausas durante las cuales los guías explican un atractivo determinado deberán ser forzosamente breves en los días más concurridos.
Finalmente, no se permitirá más el uso de megáfonos: en su lugar, los guías podrán usar equipamiento de radio o dispositivos de escucha que transmitan la voz individualmente a los auriculares de cada pasajero, tanto en los espacios públicos como en el transporte público. El sobreturismo causó también en 2021 que Barcelona se convirtiera en la primera gran ciudad europea en prohibir el alquiler de habitaciones a corto plazo por menos de 30 días.