Tras 868 días de confinamiento, el pasado jueves 4 de agosto se dio oficialmente apertura al turismo en la isla de Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua.

Más de 230 visitantes marcaron el regreso de la actividad turística a esta recóndita isla del Pacífico, parte del llamado Triángulo de la Polinesia y situada a cinco horas y media de vuelo desde Santiago de Chile.

Según afirmaron desde el gobierno de Chile, esta apertura se da gracias a un esfuerzo coordinado entre el Gobierno y las comunidades y autoridades de la isla para generar un proceso ingreso seguro, considerando aspectos sanitarios, administrativos, de conectividad y abastecimiento, entre otros.

“La mayoría de los servicios turísticos están listos para recibir a los visitantes, con los protocolos sanitarios adecuados y con la esperanza de reactivar sus emprendimientos”, aseguró Verónica Kunze, subsecretaria de Turismo de Chile.

Rapa Nui es la cuna de los moáis, enormes estatuas monolíticas de más de cuatro metros, con desproporcionadas cabezas, construidas hace casi mil años. Tanto sus gigantescos habitantes, como la isla en sí, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.

Dentro de las medidas que se adoptaron está el reforzamiento del sistema de salud local, para ampliar la capacidad de testeo, trazabilidad y aislamiento, incrementando en un 500% la dotación destinada a dichas labores, se amplió la planta funcionaria del Hospital de Hanga Roa en un 40% y se instaló una nueva planta de oxígeno que permitirá una adecuada atención médica en materia de Covid-19.

Los turistas deberán presentar un PCR Negativo, tomado con un máximo de 24 horas antes del embarque y a los menores de seis años se les permitirá una prueba de antígenos de un centro de salud. Además, deberán contar con su Pase de Movilidad (esquema de vacunación completo para chilenos y homologación de vacunas para extranjeros) y para quienes lleguen directamente desde el extranjero, deberán realizar un test de antígenos al llegar a Rapa Nui.