La administración de Biden planea establecer nuevas regulaciones para que las aerolíneas compensen a los pasajeros y cubran sus gastos por cancelaciones o demoras que están dentro de su control. La IATA criticó esta propuesta y aseguró que generaría un aumento de costos en los viajes aéreos.
La propuesta de Biden acercaría a Estados Unidos a las regulaciones europeas de larga data que requieren compensación por gastos de cancelaciones o retrasos significativos por motivos dentro del control de la aerolínea.
Por ahora, las compañías aéreas deben compensar a los pasajeros si los vuelos se cancelan o se retrasan significativamente debido a factores dentro del control de la aerolínea. Sin embargo, las reglas propuestas exigirían que las aerolíneas ofrezcan compensación en efectivo y cupones de alojamiento además de esos reembolsos.
“Cuando una aerolínea provoca la cancelación o el retraso de un vuelo, los pasajeros no deben pagar la factura”, aseguró el secretario del Departamento de Transporte, Pete Buttigieg, en un comunicado.
“Esta regla, por primera vez en la historia de EE. UU., propondría exigir a las aerolíneas que compensen a los pasajeros y cubran gastos como comidas, hoteles y cambios de reserva en los casos en que la compañía haya causado una cancelación o un retraso significativo”.
Entre las medidas de compensación que propone la regulación se encuentra el pagar el alojamiento durante la noche, el transporte terrestre desde y hacia el hotel, una comida y los costos de cambio de reserva de pasajeros. Además, las aerolíneas deberán informar a los pasajeros que tienen derecho a un reembolso en caso de la cancelación del vuelo y ser transparentes sobre la información de tarifas cuando los clientes compran boletos.
Cabe destacar que, en la actualidad, 10 de las principales compañías aéreas del país ofrecen se comprometen a compensar la comida dentro del contrato, y todas, excepto Frontier, se comprometen a proporcionar alojamiento y transporte terrestre. No obstante, ninguna aerolínea ofrece compensación en efectivo tras retraso. Las regulaciones federales buscan quitar estas decisiones de las manos de los transportistas.
¿Qué dicen las aerolíneas?
Otro de los objetivos de la regulación es mejorar la definición de “retraso o cancelación controlable. Entre ellas se encontrarían la escasez de tripulación y el mantenimiento de aeronaves, mientras que interrupciones causadas por el clima, problemas de seguridad, o desafíos de control de tráfico aéreo son consideradas no controlables.
Ante este panorama, Airlines for America (A4A), que reúne a seis de las principales aerolíneas de EE. UU., aseguró que las aerolíneas no tienen incentivos para retrasar o cancelar un vuelo; en cambio, harán todo lo que puedan para asegurarse que un vuelo salga a tiempo sin comprometer la seguridad del mismo. El grupo dijo que la mayoría de las cancelaciones de vuelos este año se debieron a condiciones meteorológicas adversas o interrupciones del control del tráfico aéreo.
Por su parte, Willie Wash, director general de la IATA, manifestó: “Las aerolíneas ya tienen incentivos financieros para llevar a sus pasajeros a su destino según lo planeado. La gestión de retrasos y cancelaciones es muy costosa, y los pasajeros pueden llevar su lealtad a otros transportistas si no están satisfechos con los niveles de servicio. La capa adicional de gastos que impondrá esta regulación no creará un nuevo incentivo, pero deberá recuperarse, lo que probablemente tenga un impacto en los precios de los boletos”.
“La aviación es una actividad altamente integrada que involucra a socios diferentes, cada uno de los cuales tiene un papel vital para garantizar el buen funcionamiento del sistema de transporte aéreo. En lugar de señalar a las aerolíneas como lo hace esta propuesta, la Administración Biden debería trabajar para garantizar una FAA totalmente financiada, una fuerza laboral de controladores con todo el personal y completar el lanzamiento del programa de modernización del control de tráfico aéreo NextGen de la FAA retrasado por décadas”.