Un recorrido por la ciudad que lo tiene todo

A excepción de playas, Ciudad de México reúne a lo largo de sus 1485 m2 la esencia de todo el país. Vestigios prehispánicas, tradiciones religiosas, misticismo, música, artesanías, la belleza de los pueblos mágicos y una gastronomía impactante son algunos de los atractivos de esta capital.

Al lado de la imponente Catedral Metropolitana, en la Plaza de Armas o Zócalo, como le dicen los mexicanos, se agrupan chamanes que hacen ‘limpias’ de energías y vendedores de artesanías y algunas baratijas. Un poco más allá, reposan las ruinas del Tempo Mayor azteca y, un poco más acá, residen el Palacio Nacional y el edifico de Gobierno, junto con numerosos restaurantes y tiendas. Desde cualquier ángulo se aprecian edificios con arquitectura neoclásica, huele a incienso y a hierbas y a lo lejos suena música. A lo largo de estos 46 mil metros cuadrados se reúne un pequeño universo que demuestra las numerosas caras y contrastes de Ciudad de México, la ciudad que lo tiene todo. 

Con días soleados, vientos frescos y temperaturas de hasta 25 °C, la capital mexicana recibió a finales de septiembre a un grupo de cuatro agentes de viajes y dos periodistas, entre ellos Rèport, invitados por la Secretaría de Turismo de Ciudad de México a conocer de primera mano sus atractivos históricos y turísticos. Presentar con más detalle ese pequeño universo que se vislumbra en el Zócalo para dar a conocer al destino como “la ciudad que lo tiene todo” fue el principal objetivo de esta invitación.

Los clásicos

Bajo la operación impecable de Omextur y Vive Frida, el recorrido comenzó, como no, en la Basílica de la Virgen de Guadalupe, uno de los centros religiosos más visitados del mundo. El Atrio de las Américas reúne la Antigua Basílica, la Nueva Basílica, la Parroquia de Capuchinas, la Parroquia de Indios, la Capilla del Pocito y la Capilla del Cerrito. Todos estos edificios pueden visitarse, pero un recorrido rápido incluye la Antigua y la Nueva Basílica. La recomendación es admirar desde la belleza de su fachada hasta los ornamentos de la Antigua Basílica, levantada en 1709, y a conocer el simbolismo de la nueva Basílica, abierta en 1976 y donde se puede observar la imagen original de la Virgen de Guadalupe.

Para los interesados, es posible asistir a misa en la Nueva Basílica y también pueden bendecir a un costado del edificio los recuerdos e imágenes adquiridos en el Mercado de la Basílica. Una fecha a tener en cuenta: el 12 de diciembre es el día de la Virgen de Guadalupe y se realizan peregrinaciones masivas desde días antes. Se reúnen hasta 11 millones de fieles en las inmediaciones para cantarle las mañanitas a la Virgen ese día a la medianoche.

Y si hablamos de atractivos religiosos no puede faltar una visita a la Catedral Metropolitana, reconocido por su valor religioso, histórico y arquitectónico. La primera piedra se puso en 1524 y su construcción culminó hasta 240 años después, por lo que mezcla el estilo barroco, herreriano, gótico y neoclásico. Además de recorrer sus instalaciones, también se pueden hacer visitas alternativas por los túneles excavados para minimizar el hundimiento (una afectación presente en gran parte de los atractivos históricos de la ciudad), recorridos nocturnos que permiten acercarse al altar principal o visitas a la cripta arzobispal.

Una vez recorrido el Zócalo, los visitantes pueden caminar por la calle Madero, rodeada por tiendas de moda, de joyas y edificios históricos. Es la segunda calle más antigua de la ciudad y el recorrido lleva, entre muchos puntos de interés, a la Torre Latinoamericana, en cuyo piso 37 se encuentra el restaurante Miralto, para disfrutar una comida gourmet con vistas maravillosas de la ciudad. El Palacio de Bellas Artes, la Casa de los Azulejos, la Alameda Central, el Museo Templo Mayor y el Museo de Arte son otros imperdibles.

Y si hablamos de los clásicos, la visita a Xoximilco no puede faltar. Sus trajineras de colores; mariachis esperando tocar alguna canción; botes con elotes, dulces, comidas y micheladas; artesanías y excelente ambiente lo han convertido en una parada imprescindible al viajar a CDMX.

Tradiciones y cultura mexicana

Un punto de interés menos conocido es el Barrio San Ángel, al sur de CDMX, que declarado en 1987 zona de monumentos histórico. Es un barrio tranquilo y pintoresco, lleno de historia, museos, construcciones coloniales y mercados artesanales. En compañía de Ecotour se puede hacer un recorrido turístico en un carro eléctrico para 12 personas que lleva a los viajeros por los principales puntos de interés y presenta la apasionante historia de esta colonia, con una importancia política y artística particular para la ciudad.

Coyoacan, que significa lugar de coyotes, es otro barrio mágico donde se pueden ver templos, casonas y plazas coloniales, mercados y artesanías con todo el encanto de un pueblo típico. Más reconocido por el Museo de Frida Khalo, es un barrio muy tradicional y cultural, que conserva su pasado virreinal. Los visitantes podrán caminar y degustar antojos mexicanos en su mercado, para luego pasear por la Plaza Hidalgo y el jardín centenario. Se recomienda la visita a San Juan Bautista, construida bajo el estilo dominico y franciscano. Los viernes en la tarde y los fines de semana, el barrio se llena de vida con verbenas y ferias artesanales para pasar el rato en el mejor ambiente mexicano.

Y para empaparse de la cultura mexicana desde su gastronomía y productos, para aquellos viajeros que no les molesta incomodarse para conocer a fondo, se pueden visitar a tres mercados: la central de abastos abarca 323 hectáreas y abastece a la ciudad con la venta de frutas, verduras, cárnicos, abarrotes y todo tipo de productos; la segunda opción es el mercado de San Juan, donde se encontrarán productos frescos, pero también algunos más exóticos que van desde verduras asiáticas hasta carnes de caimán, alacrán o león. Para quienes tengan estómago fuerte, pueden probar algunos insectos como los chapulines, muy tradicionales en México, e incluso alacranes o cucarachas de Madagascar. La tercera opción es Ciudadela, donde encontrarán todo tipo de artesanías mexicanas, desde cerámicas y tejidos hasta ropa y accesorios.

Las sorpresas de la noche

La Plaza Garibaldi no necesita introducción, sino dos recomendaciones. La primera, recordarle a los viajeros tener cuidado con sus objetos de valor. La segunda, visitar Guadalajara de Noche y disfrutar de su show de mariachis, baile y otras presentaciones culturales junto con un buen tequila.

Sin embargo, la oferta nocturna no termina aquí, pues Ciudad de México cuenta con una antigua sorpresa bastante novedosa para los colombianos. Se trata de Los Ángeles, ubicado en el centro de la ciudad, un salón de baile de los años 40 donde todos los martes y domingo se reúnen adultos mayores vestidos con sacos de colores, sombreros y mujeres con vestidos de domingo y tacones para bailar al ritmo de la salsa, el son cubano y el danzón. Es un lugar folclórico, clásico y local, donde la diversión está en la pista de baile y también desde las graderías, pues es imposible no deleitarse con los pasos de los bailarines.

La celebración de Día de Muertos —con sus calaveras, música, flores y rituales— inspira Velada de Muertos, una presentación que les dará a los turistas una muestra de la icónica celebración todas las semanas del año. El show tiene lugar en el restaurante Real del Barrio, que trae a la capital lo mejor del sabor oaxaqueño, donde los visitantes pueden degustar un platón con antojitos mexicanos (nuestro recomendado) o decantarse por un menú de tres tiempos. A las 20 hrs comienza la actuación: La Catrina, Frida se toman el restaurante con su actuación y música en vivo para contar la historia de La Llorona. La presentación es preciosa y el ambiente también, y es un complemento perfecto para las demás actividades en la ciudad.

Un viejo conocido por explorar

El bosque de Chapultepec abarca alrededor de 685 hectáreas de Ciudad de México. Esto es casi el doble que el Central Park de Nueva York; sin embargo, la mayoría de recorridos turísticos no hacen más que una rápida visita panorámica que no dura más que algunas horas, ignorando el valor de este sitio turístico. Fue zona sagrada y estratégica para los antiguos mexicas -y donde se construyó los sonados Baños de Moctezuma-, luego fue un lugar de descanso y esparcimiento durante el Virreinato, colegio militar a mediados del siglo XIX y finalmente se convirtió en parque urbano y museo por Porfirio Diaz.

El atractivo más reconocido es el Castillo de Chapultepec, que alberga la historia de México desde antes de la llegada de los españoles hasta la creación de la República. Está lleno de arte, piezas históricas en medio de una hermosa arquitectura neoclásica y con más de una sorpresa.

Sin embargo, este museo solo es una pequeña parte de la primera zona del bosque, que alberga otros puntos de interés: el Museo Nacional de Historia, el Zoológico (con los únicos osos panda de América Latina), el Museo de Arte Moderno, el Museo Nacional de Antropología y más. Además, el bosque cuenta con tres lagos artificiales, ruinas y vestigios históricos pertenecientes a Teotihuacán —con más de 1500 años de antigüedad—, parques recreativos, teatro y un sinfín de monumentos. En otras palabras, es un viejo conocido con un enorme potencial por explotar.

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