Del 1 al 3 de noviembre, Kigali, capital de Ruanda, recibió a la élite del turismo global en la edición 23º de la Cumbre Mundial del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).
Con un gran despliegue de protocolo y elegancia, el WTTC realizó una nueva edición de su Cumbre Mundial, reuniendo a cuadros directivos, expertos y altos funcionarios del sector de viajes y turismo global en torno al tema de actualidad del sector: “Construyendo puentes hacia un futuro sostenible”.
La Cumbre, que llegó primera vez a África, “y tengo que decir ya era hora”, según expresó Julia Simpson, directora ejecutiva de la organización, es una plataforma privilegiada para que el gran sector privado mundial del turismo ponga sobre la mesa los temas de su agenda y envíe un mensaje político al mundo entero.
De ahí, precisamente, la importancia de la sede del evento. Ruanda es hoy uno de los testimonios más poderosos de la transición de un país de la guerra y el dolor a la prosperidad y la reconciliación. En este camino de 30 años, el sector turismo fue uno de los puentes que hizo posible esta transformación.
Eso fue lo que Simpson, en el marco de su mensaje de bienvenida, expresó al auditorio en una sentida narración que comenzó por evidenciar, desde su propia experiencia, cómo la juventud abraza la historia de su país para comprender lo que hoy son. Así se lo narró un joven conductor a la hoy directora del WTTC durante su primera visita al país hace algunos años.
Ante la pregunta de cuál es el lugar imperdible para visitar en Ruanda, la respuesta de un joven conductor no fue, como podría imaginarse, la célebre montaña de los gorilas —con justa razón uno de los lugares más espectaculares para visitar en el destino— sino el Kigali Genocide Memorial, un escenario impresionante en donde se narra uno de los episodios más cruentos de la historia reciente.
“No es un lugar fácil de visitar, pero si entiendes nuestra historia, entenderás a Ruanda”, respondió el joven a Simpson. Hoy, la nación del centro de África, situada en la región de los grandes lagos, se ha posicionado en el top 20 de los países con mayor facilidad para hacer negocios. Hace 10 años, Ruanda no figuraba ni siquiera en este ranking compuesto por 150 países.
El sector de viajes y turismo en Ruanda representa hoy el 8,2 % del PIB y emplea a 350.000 personas, según el modelo ampliado de impacto del WTTC. Ahora bien, no se trata exclusivamente de Ruanda. La Cumbre del WTTC fue también una oportunidad para dimensionar el tamaño y aporte del sector al continente africano.
En colaboración con VFS Global, el WTTC reveló que el sector africano de viajes y turismo podría añadir 168.000 millones de dólares a la economía del continente y crear más de 18 millones de nuevos puestos de trabajo. En 2019, la industria de viajes contribuyó con 186 mil millones de dólares a la economía de la región, empleó a 25 millones de personas y recibió 84 millones de turistas internacionales.
La misión política del WTTC, por supuesto, es poner siempre sobre la mesa el impacto económico del sector; un sector que, además, tiende puentes y contiene en su agenda, casi por esencia, los tópicos más progresistas de la sociedad actual. Un ejemplo de ello es la equidad de género. Si en su primera visita a Ruanda Simpson conoció el poder de la paz, durante su segunda visita comprobó la potencia del liderazgo femenino.
La directiva recordó que visitó Kibali a principios de este año para asistir a la Women Deliver Conference, la cumbre más grande de equidad de género en el mundo, con 6000 asistentes presenciales y casi un cuarto de millón virtuales. “Se habla mucho de equidad de género, pero aquí en Ruanda no es solo hablar. El Parlamento de Ruanda tiene el porcentaje más alto de mujeres que cualquier otro en el mundo, con 61 %”, manifestó Simpson.
La directora aprovechó para saludar el liderazgo de Yvonne McCullough, CEO de Rwandair y presidenta de la Junta de Gobernadores de IATA, la primera mujer y africana en asumir este cargo. McCullough fue una de las speakers en la nutrida agenda de conferencias y paneles durante los tres días de Cumbre.
A la equidad de género, un campo en donde el turismo es potencia innegable, se sumó otro de los valores más preciados de la actividad: su capacidad de conservar y regenerar los ecosistemas. En este punto Ruanda es, nuevamente, un caso ejemplar. Simpson narra como en los años ochenta del siglo pasado habitaban en todo el planeta cerca de 200 gorilas. La deforestación y la caza tenían a esta especie al borde de la extinción.
Hoy habitan en África alrededor de 1.600 gorilas y la mayor parte de estos se encuentran en Ruanda. “La razón por la que los gorilas están hoy a salvo es realmente muy simple: el turismo. Pero no cualquier turismo, sino un modelo de negocios que otorga una prima financiera a la población local (…) Los agricultores que antes se ganaban la vida transformando bosques en campos ahora ganan más replantando esos bosques”, apuntó Simpson.
La intervención de la cabeza visible del WTTC no podía terminar sin una mención contundente de una de las agendas centrales de la organización, a saber, la sostenibilidad. De la mano del Centro Global de Turismo Sostenible (STGC), parte del Ministerio de Turismo de Arabia Saudita, el WTTC tiene la capacidad de enviar un mensaje político como sector a todo el mundo: “el titular hoy es que la huella de carbono de la industria de viajes y el turismo se está desvinculando de su crecimiento”.
¿Qué quiere decir esto? Según Simpson, mientras el PIB de viajes y turismo creció un 4,3 % anual, las emisiones crecieron un 2,5 %. “Ya 135 países han experimentado una disminución en la intensidad de sus emisiones y 15 han visto disminuir sus emisiones absolutas de gases de efecto invernadero a pesar del crecimiento de su sector turístico. Nuestro sector a nivel mundial sigue siendo menos intensivo en emisiones que la economía en general”, afirmó.
Según los datos disponibles, en 2019, en su punto máximo, los viajes y el turismo representaron el 8,1 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en el mundo, el 10,6 % del uso total de energía y el 0,9 % del uso mundial de agua dulce.
Simpson reveló, además, que solo el 36 % de las emisiones del sector turismo en materia de transporte provienen de la aviación internacional. “Esto significa que el mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero no es el avión que tomé para visitar Ruanda sino el transporte terrestre. Por eso, una de nuestras prioridades principales debería ser la transición a vehículos eléctricos tanto en nuestro negocios como en la cadena de suministro”, apuntó la directora.
Lo anterior, sin embargo, no hace menos perentorio la producción de combustible sostenible de aviación (SAF). Simpson hizo un llamado “a cada ministro presente en este salón” a impulsar políticas y acciones para la producción de SAF y aprovechar las oportunidades de negocio que esta materia prima ofrece.
La directora del WTTC cerró su intervención diciendo que el régimen de visas, “o quizás la falta de visas”, es uno de los desafíos globales más fuertes para el sector turismo. Las trabas y demoras para otorgar este documento, en el caso de África, estaría afectando la potencialidad económica del turismo en este continente.
“Nuestro informe muestra que, con la visión correcta, el turismo puede aumentar el producto interno bruto de África en 50 mil millones para 2033 y crear 6 millones de empleos más. Verdaderamente un continente prometedor”, dijo.
Simpson concluyó su intervención con el siguiente mensaje: “A pesar de todo lo que hemos pasado de la crisis financiera, la pandemia y los problemas para reabrir, nuestro sector es increíblemente resiliente. Sin embargo, ahora estamos viendo escenas de guerra desgarradoras. Nuestro sector en esencia tiene que ver con la paz. Los viajes y el turismo son la esencia misma del poder blando, la construcción de puentes, la comprensión y la compasión. Ruanda es un ejemplo vivo de esperanza, fortaleza y éxito después de la adversidad”.