Según las proyecciones de la IATA para el año entrante, las ganancias netas de la industria aérea alcanzarán los 25.700 millones de dólares (margen de beneficio neto del 2,7%), una ligera mejora frente a lo proyectado este año: 23.300 millones de dólares (un margen de beneficio neto del 2,6%).
En términos generales, los resultados son positivos y de ahí que fueran calificados por Willie Walsh, director general de la IATA, como “un tributo a la resiliencia de la aviación”, teniendo en cuenta, sobre todo, las pérdidas de los últimos años. Sin embargo, para el directivo, a pesar de que la “recuperación es impresionante”, “las ganancias de la industria deben ponerse en la perspectiva adecuada”.
En primer lugar, el informe de la IATA estima que los ingresos de la industria aérea alcanzarán un récord histórico de 964 mil millones de dólares en 2024. Esto significa un crecimiento de 7,6 % año tras año que es superior al crecimiento del gasto (6,9 %). En consecuencia, se fortalecerá la rentabilidad.
Esta proyección se sustenta en un inventario de 40,1 millones de vuelos en 2024 que está por encima de los 38,9 millones de vuelos de 2019 y los 36,8 millones esperados en 2023. En 2024, se espera que unos 4.700 millones de personas viajarán por vía aérea; otro récord histórico que superaría en 200 millones a los 4.500 millones de pasajeros registrados en 2019.
“A la gente le encanta viajar y eso ha ayudado a las aerolíneas a volver con fuerza a los niveles de conectividad anteriores a la pandemia. La velocidad de la recuperación ha sido extraordinaria; sin embargo, también parece que la pandemia le ha costado a la aviación unos cuatro años de crecimiento”
Willie Walsh, director general de la IATA.
En consecuencia, las ganancias operativas en 2024 aumentarán en 21,1 % frente a 2023, al pasar de 40.700 millones de dólares a 49.300 millones de dólares. No ocurre lo mismo, sin embargo, con los márgenes de ganancias netas, afectados por el aumento esperado de las tasas de interés en 2024.
Esto es lo que lleva al director de la IATA a señalar que un margen de beneficio neto del 2,7% “está muy por debajo de lo que aceptarían los inversores de casi cualquier otra industria”. Aclara, por supuesto, que a muchas aerolíneas les está yendo mejor que ese promedio, pero otras más están pasando apuros.
“Hay que tener en cuenta que las aerolíneas retendrán sólo 5,45 dólares por cada pasajero transportado. Eso es suficiente para comprar un latte grande en un Starbucks de Londres, pero muy poco para construir un futuro resiliente para una industria de la que depende el 3,5 % del PIB y que les proporciona ingresos directos a 3,05 millones de personas”.
Willie Walsh, director general de la IATA.
No en vano, señala la IATA en su informe que la rentabilidad neta a nivel mundial está muy por debajo del costo de capital tanto en 2023 como en 2024 y las variaciones regionales del desempeño financiero son bastante significativas.
Así, mientras Norteamérica sigue liderando en rentabilidad y Europa mejora sus proyecciones para 2024, el panorama en Latinoamérica es diferente, a pesar de la fortaleza del mercado mexicano que destaca por encima de los demás países.
El informe cita “agitación económica y social” en algunos mercados y un crecimiento de la capacidad por encima de la demanda, lo que hará que las condiciones del mercado sigan siendo desafiantes: “En general, se espera que la región de América Latina esté en números rojos tanto para 2023 como para 2024, aunque con pérdidas cada vez menores”.
IATA: riesgos para una “frágil rentabilidad”
El informe referencia, precisamente, algunos factores que podrían afectar, de manera positiva o negativa “la frágil rentabilidad de la industria”.
Por ejemplo, la disminución de la inflación, las bajas tasas de desempleo y la fuerte demanda de viajes han tenido un impacto positivo en la industria, pero si se debilita la tolerancia a las altas tasas de interés y el desempleo aumenta de manera significativa, también podría debilitarse la fuerte demanda de los consumidores que ha sustentado la recuperación. Igualmente, tensiones económicas en China (lento crecimiento, desempleo juvenil, desorden de mercados inmobiliarios, etc.) podrían afectar los ciclos económicos y, en consecuencia, el mercado aéreo.
La guerra, por supuesto, no está fuera del radar. La IATA señala que los impactos de los conflictos en Ucrania e Israel se han limitado a cierres de espacio aéreo e incremento de los precios del petróleo. Así las cosas, una paz inesperada traería beneficios a la industria, pero cualquier escalada podría producir un escenario económico global radicalmente diferente al que la aviación no sería inmune.
Los problemas de la cadena de suministro, “poblada de oligolpolios”, también hacen parte del panorama, ya que continúan impactando el comercio y los negocios en todo el mundo. Las aerolíneas han sido directamente afectadas por problemas de mantenimiento y retrasos en la entrega de repuestos y de aeronaves, lo que limita la expansión de la capacidad y renovación de la flota.
La IATA cita, además, el riesgo regulatorio: “Las aerolíneas podrían enfrentar costos crecientes de cumplimiento y costos adicionales relacionados con los regímenes de derechos de los pasajeros, iniciativas ambientales regionales y requisitos de accesibilidad”.