Los ‘travel warnings’ de Estados Unidos, la congestión aérea en El Dorado, el NDC como mito griego y varias reflexiones sobre el Gobierno Nacional y sus funcionarios, con el presidente Gustavo Petro a la cabeza, hacen parte de los temas abordados por el empresario Jean Claude Bessudo en su más reciente columna de opinión.
Por: Jean Claude Bessudo
Se acerca el fin de año y considero que el balance fue positivo.
Aprobamos en todas las empresas del Grupo Aviatur en un año particularmente difícil. Tuvimos que lidiar, por un lado, con un peso sobrevalorado y, por el otro, con el cierre de operaciones de dos aerolíneas de bajo costo (Ultra Air y Viva) que iban a favorecer la llegada y salida de viajeros a destinos masivos como San Andrés.
También lidiamos con la advertencia del presidente Biden para sus connacionales de no viajar a algunos destinos de Colombia; eso obviamente afectó la imagen país, aunque la verdad sí hemos tenido que afrontar una grave inseguridad en muchas partes del territorio nacional. A la fecha llevamos, según Indepaz, más de 90 masacres y otras tragedias que ya salen a relucir en la prensa internacional. Y para hacer turismo, lo primordial es la seguridad.
Como si fuera poco, un sector importante de nuestra actividad es el turismo religioso y las peregrinaciones particularmente a Tierra Santa. Inútil decir que, en este momento, el turismo hacia los lugares santos está bastante disminuido y no sé cuándo se verá la luz al final del túnel.
También hay que mencionar la congestión aérea. Colas interminables para llegar al país a través del aeropuerto El Dorado y, lo peor, es que no veo que se vaya a implementar en Colombia la costumbre de los vuelos nocturnos. En eso no hemos progresado. Perú, por ejemplo, tiene la cultura del vuelo nocturno y nadie se siente rebajado saliendo a las 3:00 a.m.
Seguimos con dificultades para viajar a Estados Unidos. Si usted pide cita hoy para sacar visa por primera vez la están agendando para el 2025. Quedaron atrás los buenos tiempos en los cuales las citas se daban de un día para otro.
La relación de las aerolíneas con los sistemas de distribución es la repetición de algunas historias de la mitología griega, como la de Cronos, el Dios del tiempo, quien era un tirano que devoraba a sus hijos. Las aerolíneas, con inversiones de miles de millones de dólares, crearon, con mucho esfuerzo y mucha tecnología, unos sistemas de reservas extremadamente amigables para los agentes de viajes. Y la moda con esos sistemas perfectos es ir canibalizándolos: sacarles contenidos, publicar solamente tarifas altas para que las agencias de viajes las vendan si pueden (caso Avianca), o salirse del sistema para que las reservas se hagan a través de sus propias plataformas (caso Copa), o cobrar recargos absurdos (caso Iberia) por cada segmento. ¡Qué desperdicio! Y qué complique para nuestros asesores quienes tienen que lidiar con eso a diario.
El genio de la publicidad del siglo XX, Jacques Séguéla, escribió un libro cuyo título nunca olvidaré: “No le digas a mi mamá que trabajo en publicidad, ella cree que soy pianista en un burdel”. Hay días que creo que esa frase aplica para mi oficio. Nunca me avergoncé de mi pasado laboral ni como mesero ni como modelo desnudo en la academia de bellas artes de Bélgica, pero hay días en los cuales me da pena contar que llevo 56 años en la profesión de agente de viajes.
Hablemos también del Gobierno.
Las palabras significan algo. Un discurso inapropiado puede ahuyentar la inversión extranjera. Retomo algunas frases que escuché, y que me dejaron bastante preocupado, durante el discurso pronunciado desde el balcón del segundo piso de la Casa de Nariño a propósito de las marchas del 14 de febrero: “Necesitamos (que los más ricos) cedan en su egoísmo (…). Van a desatar la violencia si no son capaces de permitir que las reformas se puedan construir en Colombia”.
Algo no menos preocupante ya había escuchado en un discurso pronunciado por el entonces candidato Petro en La Boquilla. Palabras más, palabras menos, se refirió a un “partido de los expropiadores”, señalando entre ellos a Luis Carlos Sarmiento: “Vamos a apropiar al pueblo cartagenero del dinero que se llama crédito; que el señor Luis Carlos Sarmiento lo sepa… ah, que él no le entrega crédito sino a sus amigos poderosos para hacer edificios, ¡pues que siga haciéndolo! solo que pague impuestos. Eso de que saque la plata a paraísos fiscales para sacar del bulto (sic) a su compromiso social de pagar unos impuestos… si él quiere hacerlo, que lo haga, pero aquí se necesita el dinero para montar empresa y si Luis Carlos Sarmiento no quiere hacerlo, pues el Estado tiene que traer la banca pública aquí para entregarle plata a la gente y equilibrar las cargas…”.
Ese tipo de afirmaciones son injustas cuando uno conoce las obras desarrolladas en Colombia por el doctor Luis Carlos Sarmiento, por ejemplo, el Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer, inaugurado el 21 de julio de 2022.
Los industriales de este país son unos filántropos admirables. Algunos ejemplos: del Grupo Sanford la Fundación CardioInfantil, y la clínica Shaio, entre otros; y el Hospital Universitario San Ignacio de la Fundación Grupo Social son obras de admirar de empresas a las cuales les preocupa el bienestar del país y de su gente.
Lo positivo
La buena promoción de Colombia con un presupuesto importante con la campaña ‘Colombia, el país de la belleza’, una buena estrategia para atraer la atención de un público diverso. Con esta estrategia, el Gobierno tiene una meta de lograr 7.300.000 visitantes para el 2026.
Después de 200 años de gobiernos de derecha, el país, para su equilibrio mental y conforme a las leyes de la didáctica de Hegel, necesitaba un giro a la izquierda y ya lo tuvo. Al respecto, creo que el electorado se expresó en las urnas en Colombia y en las grandes ciudades en las pasadas elecciones para alcalde. ¡Qué buena escogencia la que hicieron y, particularmente, en Bogotá!
Por otro lado, me generan tranquilidad algunos excelentes funcionarios del gobierno Petro con quienes he tenido la oportunidad de reunirme para escucharlos. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, es la ortodoxia absoluta en finanzas. El ministro de Comercio, Industria y Comercio, Germán Umaña Mendoza, es una persona llena de optimismo con un liderazgo contagiante ¡qué maravilla de equilibrio y conocimiento del país!
También me gustó escuchar al director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, una de las entidades que trata de coordinar los programas en la transversalidad de los diferentes ministerios. La institucionalidad prevalece. Los organismos de control se mostraron fuertes, independientes y nuestras cortes actúan en derecho. ¡Qué tranquilidad!
Quedan menos de 977 días para volver a estrenar Gobierno. En ese lapso no es posible que se alcancen a hacer mayores cambios en la estructura del país por los tiempos que se requerirían en trámites necesarios en el congreso.
La reforma laboral me pareció positiva como todo lo que pueda favorecer a nuestros colaboradores. La reforma a la salud nos permitirá seguir teniendo, seguramente con deficiencias, un sistema de salud robusto en el país y, en cuanto a la reforma tributaria, bienvenida si permite financiar obras que beneficien a todos los colombianos.
Los laboratorios farmacéuticos cuando producen los medicamentos amargos, antes de empacarlos los revisten de dulce para que se puedan digerir mejor. Esta reforma en particular me hace acordar de la definición de la generosidad de Sor Teresa de Calcuta: “Hay que dar hasta cuando duele, y cuando duele, hay que dar un poquito más”. ¡Y Sor Teresa de Calcuta no era una mujer fácil!
Les deseamos un muy feliz año a todos. Bienvenidos al futuro, veámoslo con optimismo, aportando cada uno de nosotros un granito de arena para una Colombia mejor. Les dejo como tema de reflexión la frase de Santa Teresa de Ávila: “se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por aquellas que permanecieron desatendidas”.
Aprovecho para anunciarles el titular de mi próximo editorial: “Un viaje a la isla habitada más inaccesible del mundo”. Un lugar donde no hay turismo, no hay turistas, no hay aeropuerto ni agencias de viajes ¡y solo habitan 240 personas!
¡Feliz año!
7 respuestas
Pienso que no es fácil retomar las riendas de un gobierno tras una pandemia, mantener en pie pequeños y grandes negocios ha sido una odisea . La reforma laboral como todo tiene sus puntos positivos pero también hay cosas que podrían ser contraproducentes, pensaría que hay que implementarlas poco a poco.
En un país como Colombia necesitamos incentivar más el turismo y activar la industria apoyar a los pequeños comerciantes, dar un enfoque más positivo ya que somos ricos en recursos naturales.
Tenemos potencial , hay mucho que se puede hacer para aportar a un mejor país.
Good
siempre se le siente el tufillo de petrista que tristeza
Decirle Petrista es no conocer ni un gramo a este maravilloso hombre, el más optimista que conozco en mi vida, nos faltan cientos de estos en nuestro país y en nuestro corazón.
Excelente , como siempre Brillante !
Magnifica columna muy real y enriquecedora los FELICITO
Excelente analisis como siempre de sr.Bessudo y me atrevo a decir que conoce mucho mas a nuestro pais y sus problematicas que cualquiera de nosotros .