Aunque la Administración Federal de Aviación (FAA) dijo sentirse “alentada por el carácter exhaustivo” del plan de inspección y mantenimiento propuesto por Boeing, el proceso para que los 171 aviones Boeing 737-9 MAX vuelvan a volar se tomará su tiempo.
Eso es, básicamente, lo que se concluye de la comunicación de la autoridad aérea estadounidense al anunciar que requerirá del fabricante “datos adicionales” antes de aprobar un plan de inspección y mantenimiento de los aviones Boeing 737-9 MAX, luego de que uno de estos, operado por Alaska Airlines, perdiera una puerta justo después de despegar.
“Estamos trabajando para asegurarnos de que nada como esto vuelva a suceder. Nuestra única preocupación es la seguridad de los viajeros estadounidenses y el Boeing 737-9 MAX no volverá a los cielos hasta que estemos completamente satisfechos de que es seguro”, afirmó el administrador de la FAA, Mike Whitaker.
“La seguridad, no la velocidad, determinará el cronograma”
Luego de poner en tierra 171 aviones Boeing 737-9 MAX el pasado 6 de enero, la autoridad aérea estadounidense le exigió a Boeing la presentación un extenso y riguroso proceso de inspección y mantenimiento de este modelo. Fue precisamente sobre ese plan que la FAA exigió “datos adicionales”. Estos se refieren, principalmente, a la inspección de puertas (plug-door) de 40 aviones.
Una vez Boeing incorpore la verificación de estas puertas, la FAA determinará si las instrucciones cumplen con el más alto estándar de seguridad. Si la autoridad aérea estadounidense las aprueba, los operadores (aerolíneas) deberán realizar ese régimen en cada avión antes de que vuelva a estar en servicio.
Pero la situación no se agota ahí. La FAA también iniciará una investigación para determinar si Boeing se aseguró o no que los productos estuvieran en condiciones de operar de manera segura, de acuerdo con las regulaciones de la FAA; y anunció que aumentará “de inmediato” la supervisión de la producción y fabricación de Boeing.
Las medidas contemplan, incluso, la posibilidad de trasladar funciones de supervisión de calidad a entidades independientes de terceros: “Es hora de reexaminar la delegación de autoridad y evaluar cualquier riesgo asociado. La paralización del 737-9 y los múltiples problemas relacionados con la producción en los últimos años requieren que analicemos todas las opciones. La FAA está explorando el uso de un tercero independiente para supervisar las inspecciones de Boeing y su sistema de calidad”, dijo Whitaker.