Venecia finalmente le ha puesto fecha a la medida que busca frenar el sobreturismo en su centro histórico y, a finales de este mes, comenzará a cobrar una tasa de entrada de 5 euros a los turistas que ingresarán solo por el día, sin intenciones de pernoctar.
En un intento más de regular la cantidad de visitantes que ingresan a su centro por el día, la Municipalidad empezará a cobrar una “entrada” de cinco euros por persona a partir del 25 de abril. Esa tasa fue anunciada varias veces en el pasado y demorada otras tantas. Algunos la presentan como una medida radical pero en realidad se cobrará solamente durante 29 jornadas -las de mayor afluencia- este año.
Es porque es un experimento, como lo recordó Luigi Brugnaro, el alcalde de Venecia, la semana pasada en una rueda de prensa realizada en Roma. Agregó que “no se trata de ganar dinero. Nuestro objetivo es hacer Venecia más habitable”.
Venecia es uno de los destinos que más sufre del fenómeno del sobreturismo, que se combina en su caso con un impacto muy negativo sobre su frágil arquitectura. La Serenissima es una de las ciudades más visitadas del mundo que llega a tener hasta 100.000 turistas pernoctando en los hoteles de su centro, mientras que su cantidad de residentes permanentes no supera las 50.000 personas.
Este año, la tasa será vigente durante menos de 30 días, de 8:30 a 16:00 hs, en fechas seleccionadas por sus grandes afluencias. La primera de ella será el 25 de abril, un día festivo en Italia. Seguirán luego los fines de semana de los meses de mayo, junio y el verano. Los cinco euros se cobrarán únicamente a quienes ingresan sin tener hoteles reservados.
Luego de pagar los cinco euros, los visitantes deberán descargar un código QR, que mostrarán en los ingresos de la ciudad. Es posible pagar la tasa desde el mes de enero por medio del sitio https://cda.ve.it/es/. Los turistas que se presentarán sin haber realizado el pago lo podrán hacer con la ayuda de agentes. Durante este primer año de prueba no se fijó ningún límite a la cantidad de códigos QR que se puedan llegar a vender por día. Luigi Brugnaro precisó en cuanto a este punto que “nos oponemos al numerus clausus, de lo contrario dejaríamos de ser una ciudad para convertirnos en un museo”.