El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, está llevando a cabo una iniciativa para eliminar las 10.101 viviendas turísticas de la ciudad en un plazo de cinco años.
El gobierno municipal de Barcelona ha iniciado un pedregoso camino para eliminar los pisos turísticos en la ciudad. Este proceso se remonta al año pasado, cuando la Generalitat aprobó un decreto ley que establece que los ayuntamientos catalanes en situación de emergencia habitacional puedan anular las licencias de los apartamentos con fines turísticos tras un periodo transitorio de cinco años. El objetivo de esta medida es atender la crisis de vivienda.
Ahora, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció que revocará todas las licencias de pisos turísticos con el objetivo de convertir en viviendas residenciales los 10.101 inmuebles turísticos legales que hay actualmente en Barcelona. Todas las licencias se revocarían en noviembre de 2028 y a partir de 2029 no existirá ningún inmueble con este uso.
“La última regulación del Parlamento de Cataluña nos permite, y nos vamos a acoger a ello, no renovar licencias de apartamentos turísticos (…) y eso nos va a permitir poner 10.000 viviendas en el mercado del alquiler o a la venta”, explicó el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en rueda de prensa, quien añadió que el objetivo es que “a partir de 2029 desaparezca de la ciudad de Barcelona la figura del piso turístico tal y como hoy la concebimos“.
Cabe recordar que Barcelona lleva sin conceder nuevas licencias turísticas desde 2014; sin embargo, la crisis de vivienda se mantiene y la ciudad ha experimentado un aumento significativo en los precios de alquiler (cerca del 68 % en los últimos 10 años) y una disminución de la oferta de vivienda para residentes locales en la última década.
Asimismo, el gobierno anunció que actualizará el Plan de Alojamientos Urbanísticos, de manera que desaparezca la categoría de pisos turísticos. La teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, ha considerado que Barcelona ganará con esta medida “el equivalente a fabricar 10.000 pisos”.
Esta medida se ha encontrado con numerosos opositores. Por ejemplo, el líder del Partido Popular, Daniel Sirera, señala que la iniciativa “solo perjudicará al tejido económico y al turismo de Barcelona, además de generar inseguridad jurídica“.
No obstante, la medida tiene que enfrentarse a varios obstáculos para ejecutarse. Primero, tendrá que obtener un sí pleno del concejo; también deberá enfrentarse a una batalla judicial con la que amenaza el sector afectado (propietarios de pisos turísticos y asociaciones) y sobrevivir a las elecciones de 2027, con las que podría cambiar el gobierno municipal y podría significar una mirada diferente a la problemática.
Los apartamentos turísticos se pronuncian
Tras el anuncio, la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur) se pronunció en un comunicado y apuntó que la prohibición no solucionaría solucionará el problema de la vivienda en Barcelona, porque los pisos turísticos representan un 0,77% del total. Además, asegura que el alcalde Collboni “acaba de hacer un llamamiento a que la ciudad se llene de alojamientos turísticos ilegales. (…) la proliferación de negocios de la economía sumergida no paga impuestos y enfrenta a vecinos y turistas en lugar de fomentar la convivencia”. Asimismo, la asociación asegura de la medida significará “la totalidad del turismo familiar, el principal cliente de este tipo de alojamiento”.
En la última década, los gobiernos locales anunciaron restricciones a los alquileres de corta duración en lugares como las Islas Canarias, Lisboa y Berlín.