La economía española generó 1,6 millones de puestos de trabajo desde el final de la pandemia. La cantidad de nuevos contratos estables nunca había sido tan alta y los sectores turístico y hotelero fueron los principales impulsores de esta mejora.
España empezó su temporada alta de verano en 2024 con la creación de 71.000 empleados formales más, en gran parte gracias al turismo. Son datos de junio, que indican que el nivel de la desocupación alcanzó su punto más bajo desde 2008. La falta de empleo sigue afectando, sin embargo, a 2,56 millones de personas, aunque se hayan creado 1,6 millones de empleos desde el final de la pandemia.
Son datos alentadores, que muestran una mejora notable en el mercado laboral español, tradicionalmente uno de los más débiles de Europa Occidental. Históricamente, se caracteriza por la abundancia de actividades estivales y empleos poco cualificados en el sector hotelero. Pero la excelente noticia en los datos presentados en junio por el Gobierno español es que el 41 % de las nuevas contrataciones corresponden a empleos estables. Hace diez años, esta proporción era inferior al 10 %. Por esta razón, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, declaró que “se acabó la fiesta de la precariedad laboral. Junio era tradicionalmente el mes de los contratos temporales y de la precariedad laboral, pero hemos invertido la tendencia”.
Una de las claves de este cambio ha sido el desarrollo del sistema de los llamados contratos “fijos discontinuos”, que se adaptan a las necesidades de la actividad estacional o temporal como la del turismo, la gastronomía y la hotelería; y garantizan al mismo tiempo la estabilidad de un vínculo preservado entre el empleador y el empleado, incluso durante la temporada baja. Esta reforma benefició, sobre todo, a los jóvenes, que firman contratos más estables que nunca.
España sigue teniendo una de las tasas de desocupación más altas de la Zona Euro, especialmente en algunas regiones del sur y en las Canarias y entre los menores de 25 años. En algunos casos, llega al 28 %, el doble de la media europea. Al mismo tiempo, la creación de empleos nuevos impulsados por el turismo beneficia principalmente a los jóvenes y a migrantes latinoamericanos.