Con un PIB hotelero en descenso (-5,9%, según el DANE), la reducción del IVA a tiquetes y alojamiento se revela más conveniente que nunca. Sin embargo, a pesar de las señales positivas del Ejecutivo, el panorama no es fácil en el Congreso de la República en los términos que el sector necesita.
Unos días bastante agitados, con algunas novedades, pero pocas certezas para el sector turismo en sus solicitudes al Gobierno Nacional, se han vivido en las últimas semanas en Colombia. Luego del Congreso de Anato en Cartagena, en donde el gremio de agencias de viajes volvió a solicitar públicamente la reducción del IVA a los tiquetes aéreos y servicios turísticos, la propuesta se volvió a agitar en el pasado 9 de agosto en Manizales, en el marco del Foro de Reactivación Económica “Confianza para crecer”, organizado por el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), esta vez con mensajes positivos por parte del Gobierno Nacional.
En ese escenario, Paula Cortés Calle, presidente de Anato, manifestó: “No puedo perder la oportunidad de tener aquí a los ministros de Hacienda y de Comercio, Industria y Turismo y de Hacienda sentados en un mismo sitio para reiterar que una de las medidas rápidas que necesitamos como sector, si hay voluntad política, es la reducción del IVA a tiquetes aéreos y paquetes turísticos. Ese es un incentivo a la demanda, porque lo que necesitamos hoy es activar la demanda nacional, que está contraída”.
Cortés Calle fue, de hecho, la representante de sector turismo en este Foro, que congregó a buena parte de los sectores económicos del país y en donde el presidente Gustavo Petro y el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, volvieron a prender el debate de la política económica con la confirmación de que se presentará una nueva reforma tributaria o ley de financiamiento en la actual legislatura como complemento del Presupuesto General de la Nación para 2025.
El proyecto de ley del Presupuesto, efectivamente, fue presentado al Congreso este mes, mientras que de la cuestionada ley de financiamiento no se sabe mucho aun, más que se encuentra en construcción. Muchos intereses pululan alrededor de estos proyectos de ley, entre estos, los legítimos del sector turismo, preocupado por los datos incontrarrestables de la caída de la ocupación hotelera y la insuficiente actividad turística doméstica.
Precisamente, la semana cerró con un dato que suma un nuevo elemento a la conversación: la pronunciada caída de -5,9 % del PIB de Alojamiento y Servicios de Comida para el segundo trimestre de 2024, que contrasta con el crecimiento general del PIB en 2,1 %. Definitivamente, algo no está bien en el sector.
Presidente Petro habló de reactivar turismo interno
La gran novedad de los últimos días es la mención directa del presidente de la República, Gustavo Petro, sobre la necesidad de reactivar el turismo interno, durante su discurso en la clausura del Foro de Reactivación Económica en Manizales. Una novedad, sin duda, ya que el turismo doméstico y sus dolencias parecían estar invisibilizados en las pasadas alocuciones presidenciales, ocultos por las buenas noticias del crecimiento del turismo internacional en el “País de la belleza”. En esta ocasión el tema sí apareció en el discurso presidencial, lo que indudablemente denota que las solicitudes de los gremios del sector durante el último año han surtido efecto, aunque quizás no con el enfoque que la industria turística necesita.
Pero ¿qué fue exactamente lo que dijo el presidente Petro? En líneas generales, la intervención iba encaminada a explicar la propuesta del ejecutivo sobre inversiones forzosas para el sector bancario, combinada con una ley de financiamiento que recaude 12 billones de pesos en 2025, como estrategia de reactivación económica. Y el turismo, según dejó entrever el presidente en primera instancia, sería uno de los sectores que podría beneficiarse de estas inversiones. Sin embargo, sobre lo anterior no hay nada claro y no es para nada lo que han venido pidiendo gremios como Cotelco y Anato en materia de incentivos a la demanda.
A esto precisamente, se refirió el primer mandatario en la segunda parte de su intervención: “Lo que queremos, indudablemente, es que la reforma, voy a llamarla tributaria, ayude a reactivar económicamente ¿Qué queremos reactivar económicamente? El turismo interno, porque el internacional lo tenemos reactivadísimo”.
El presidente señaló que el turismo internacional no depende de las tasas de interés local, por eso creció más del 20 % el año pasado, mientras que el nacional sí depende de unas tasas en las que casi todos los sectores concuerdan en que no han bajado lo suficiente.
“¿Puede la ley de financiación quitarle impuestos al turismo? Sí, puede quitarle impuestos porque una ley de financiación habla de impuestos ¿Puede quitarles impuestos a las energías limpias? Sí (…) ¿Y en dónde ponemos los impuestos? En primerísimo lugar, en el petróleo y en el carbón. La Corte Constitucional no quiso, nos tumbó media reforma tributaria. Por eso nos toca otra”.
Gustavo Petro.
San Andrés y combustible sostenible ¿un incentivo insuficiente?
Luego de las palabras del presidente Petro, la idea de la reactivación del turismo interno empezó a acentuarse, y quizás a desdibujarse, con las posteriores aclaraciones y propuestas exploratorias de sus ministros ¿Qué dijeron? Al cierre del del Foro de Reactivación Económica en Manizales, por ejemplo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó a los medios de comunicación que el incentivo a la demanda está contemplado, al menos inicialmente, solo para San Andrés:
“En el proyecto de financiamiento que estamos preparando para llevar al Congreso está planteado reducir el IVA en los tiquetes aéreos hacia San Andrés. Hay discusiones acerca de si se puede plantear hacia otras áreas del país de menor desarrollo en donde se da un turismo que no es de grandes hoteles, sino otro tipo de turismo, un turismo de naturaleza. Ese es el turismo que queremos desarrollar”.
De otro lado, también de cara a los medios de comunicación, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, señaló que este tipo de políticas de exención tributaria se están estudiando en el marco de la reactivación, pero siempre están ligadas a algún tipo de contraprestación que el sector beneficiado le dé al país o enmarcado dentro de alguna de las políticas del gobierno como, por ejemplo, la transición energética y las energías limpias.
No es un tema nuevo. Desde los tiempos del exministro Germán Umaña las visiones del turismo han estado ligadas a un ideal verde. En este caso, el ministro Reyes aventuró la propuesta de una eventual reducción del IVA en operación aéreas que utilicen biocombustibles o, más exactamente, combustible de aviación sostenible (SAF).
Ahora bien, ninguna de estas propuestas atiende la médula de lo que el sector necesita en términos de reactivación. Expertos consultados por este medio aclararon, por ejemplo, que actualmente en Colombia no hay operación local con SAF, más allá de algunos vuelos internacionales, principalmente de carga, que tanquean fuera del país. La idea del ministro Reyes es así, más un ejemplo de cómo un incentivo tributario puede enmarcarse dentro de un beneficio de interés general, sin ninguna aplicación en la actualidad.
En cuanto a la propuesta de San Andrés, más allá de la no despreciable reducción del costo de los tiquetes, no contempla mayores incentivos al sector hotelero ya que los servicios de alojamiento, al igual que otros productos y servicios en el archipiélago, están ya excluidos por ley del pago de IVA. De igual manera, un eventual estímulo a los vuelos a destinos rurales y de naturaleza, tampoco tendría un impacto en la reactivación nacional del turismo doméstico, además de no contemplar los efectos no medidos en capacidad de carga e idoneidad de la infraestructura disponible para atender un crecimiento en la llegada de viajeros.
Turismo doméstico sigue afectado y requiere incentivos
Así las cosas, la posibilidad de una reducción del IVA a los tiquetes aéreos y servicios hoteleros como medida de reactivación a nivel nacional no parece tan clara y se enfrenta, entre otras cosas, al escepticismo propio de los economistas a la hora de hacer exenciones tributarias a unos sectores y a otros no. Eso es lo que se vive hoy por hoy en el Congreso de la República con la discusión del proyecto de ley de Presupuesto General de la Nación y la aún desconocida ley de financiamiento, que, valga decir, suena muy poco en el sector gremial, incluido el turismo.
Las cifras, sin embargo, indican que la actividad turística doméstica está lejos de ser satisfactoria y es, sin duda, uno de los sectores que podría impulsar la reactivación económica por su característica inherente de distribuir el gasto en múltiples sectores. No está ocurriendo así. Este mes el DANE confirmó el comportamiento negativo del PIB de Alojamiento y Servicios de Comida que viene presentándose desde el cuarto trimestre de 2022.
Para el segundo trimestre del 2024 el indicador cayó -5,9 %, lo que, según explicó Cotelco, en términos absolutos representa una disminución de 521 mil millones de pesos (pasando de 8,8 billones en el segundo trimestre de 2023 a 8,3 billones en el segundo trimestre de 2024). En todo el primer semestre de este año, la disminución respecto al mismo periodo de 2023 suma 886 mil millones de pesos (pasando de 17,4 billones en el primer semestre de 2023 a 16,5 billones en el primer semestre de 2024). Todo esto a pesar del crecimiento general de PIB de 2,1% reportado para segundo trimestre.
El gremio hotelero también puso sobre la mesa otros indicadores críticos para este sector. La Encuesta Mensual de Alojamiento (EMA) del DANE ha señalado una caída de -2,3 puntos porcentuales en la ocupación hotelera entre enero y junio de 2024, al pasar de 51,4 % en 2023 a 49,2 % en este semestre, con más de 10 regiones del país reportando comportamientos negativos. Los ingresos reales de la hotelería y el empleo generado no se comportan diferente. Los primeros caen -5,7% respecto al mismo periodo de 2023 (primer semestre), mientras que el empleo disminuyó -1 % de junio de 2024 a junio de 2023 y reportó una variación casi nula de -0,1 % en el semestre. Es decir, no se generó empleo formal alguno.
La tendencia también se ratificó en la Encuesta de Gasto Interno en Turismo (EGIT) del DANE que, a pesar de evidenciar cierto crecimiento en el primer trimestre del año frente al mismo periodo de 2023 (4,4 %), tiene aún una disminución muy sensible respecto al mismo periodo de 2019 (-22 %). En términos absolutos, estos porcentajes indican que en los primeros tres meses de 2024 alrededor de 1,9 millones de personas hicieron turismo interno en Colombia, es decir, 82.000 personas más que en el mismo periodo de 2023, pero 558 mil menos que en el periodo homólogo de 2019.
¿Toma fuerza una ley de turismo?
Con este telón de fondo los gremios del turismo avanzan en el trabajo que les es inherente en distintos frentes y en medio de una discusión mayor de política económica que involucra un Presupuesto General desfinanciado y una ley de financiamiento que busca recaudar 12 billones de pesos, según han confirmado el presidente Petro y el ministro Bonilla. En esta discusión fiscal pareciera moverse la posibilidad de una eventual reducción del IVA, no ya a un cero o 5 %, sino a un monto diferencial que entregue algún alivio.
Desde Anato son optimistas sobre la posibilidad y enfatizan en que el camino es un proyecto de ley, a través del Congreso de la República y con el aval del Ministerio de Hacienda, teniendo en cuenta que esta medida afecta el presupuesto nacional: “Actualmente, están cursando varios proyectos de ley en el Congreso de la República y los estamos apoyando, a través del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Ministerio de Hacienda”, afirmó Cortés Calle a este medio.
Desde Cotelco, por su parte, hay una gran preocupación por los efectos que eventual reforma tributaria-ley de financiamiento pueda tener en la capacidad de gasto los hogares colombianos, que es, precisamente lo que se está buscando incentivar.
“Hemos venido planteando que se necesita un apoyo desde una ley de fomento al turismo, no desde una ley de reforma tributaria. Consideramos que a través de una ley de financiamiento los impactos son mayores en términos de la pérdida de capacidad de consumo versus un eventual IVA diferencial. Entre otras, el tamaño del IVA no compensa el nivel de recaudo que se espera atraer desde las mismas personas naturales. Ahí vemos que va a haber una mayor contracción”.
José Andrés Duarte.
El líder gremial aclaró posteriormente, en un comunicado divulgado por el gremio, que dicha ley de fomento al turismo debería promover el alojamiento turístico formal, alivios tributarios para los hogares colombianos, garantizar seguridad en las regiones y los desplazamientos en las vías y abordar los altos niveles de informalidad desde lo nacional y local. Pareciera plantearse entonces una ley de turismo con un mayor alcance que el incentivo tributario inicial.
A propósito, este 22 y 23 de agosto, la Confederación de la Industria Turística Colombiano (Confetur), que recoge asociaciones de pymes turísticas en varios departamentos del país, realizará un foro en Cartagena en donde, según manifestó su presidente, Rudesindo Moreno, se presentará un borrador de una propuesta para una nueva ley de turismo. Moreno, que ha sido crítico de la reforma a la ley de turismo realizada en tiempos de pandemia (Ley 2068 de 2020) por considerarla coyuntural y no estructural, señala que la actual legislación es una “colcha de retazos”.
“En esta propuesta de una nueva ley está contemplado obviamente el tema impositivo. En esto coincidimos con todos los colegas dirigentes gremiales y con la industria. Hoy, el solo aumento de los servicios públicos ha sido de más del 25 %. Es decir, las pymes hoteleras, que son las que nosotros representamos, están en grave riesgo de quiebra, no solamente por la informalidad sino porque no tenemos ningún incentivo”, apuntó Moreno, que realizará este foro con recursos del Fontur y la presencia confirmada del viceministro de Turismo, Arturo Bravo.