Mega Travel: un viaje inolvidable por Canadá

Del 1 al 8 de noviembre, Mega Travel, en alianza con Air Canada, organizó un viaje de familiarización con un selecto grupo de agentes de viajes hacia el país de naturaleza sorprendente, vibrantes ciudades y cálida hospitalidad.

Alrededor de 4.400 kilómetros y cinco horas de vuelo separan a Bogotá de Toronto, una distancia relativamente corta si se considera que Colombia y Canadá ofrecen vivencias contrastantes, aunque igual de fascinantes. Durante ocho días, un selecto grupo de agentes de viajes conoció los atractivos más emblemáticos del este del país norteamericano, en los que conocieron desde las maravillas naturales y la modernidad urbana hasta la cálida hospitalidad canadiense gracias a un fam trip de Mega Travel, en alianza con Air Canada.

 En esta ocasión, los agentes de viajes experimentaron el programa “Canadá Clásico”, que recorre las locaciones más emblemáticas del país, entre ellas Toronto, las cataratas del Niágara, Ottawa, Quebec y Montreal. 

Toronto, una gran urbe cosmopolita y centro económico y financiero del país, fue el punto de partida de este recorrido. Allí, el grupo visitó la icónica Universidad de Toronto, los ayuntamientos y el siempre activo barrio chino, para culminar el recorrido en el sitio más emblemático de la ciudad: la Torre CN, que ofrece una impactante vista de 360 grados y permite contemplar desde el lago Ontario hasta el horizonte urbano, a través de barrios, edificios icónicos y parques. 

Después de esta introducción al destino, los participantes se dirigieron al que es, hasta la fecha, el atractivo más icónico de Canadá ante el mundo: las cataratas del Niágara. El recorrido, de solo 130 kilómetros, ofrece un viaje cómodo de aproximadamente una hora y media, con una parada en el viñedo más famoso de la región. Allí, los asistentes pudieron degustar algunos de los mejores vinos del país, incluyendo el autóctono Ice Wine.

Desde el aire, el agua y la tierra

Con una caída de alrededor de 51 metros de altura, en una zona fronteriza entre Estados Unidos y Canadá, las cataratas del Niágara son un espectáculo sobre el poder de la naturaleza, con una imponente fuerza y energía que crean un paisaje único desde cualquier perspectiva. Visitarlas es un infaltable en un viaje al destino, pero la experiencia más inolvidable es poder descubrirla desde diferentes ángulos, tal y como lo pudieron vivir los agentes de viajes participantes.

Para quienes tienen la oportunidad, la experiencia más inolvidable es conocer esta maravilla desde el aire en un vuelo en helicóptero de 12 minutos, que sobrevuela la imponente caída de agua del río Niágara. Luego, tiene la alternativa de navegar durante 30 minutos en sus aguas, que acerca a los turistas hasta salpicarlos con el río que divide naturalmente Canadá de Estados Unidos. También podrán visitar por tierra los túneles escénicos, que permiten estar lo más cerca posible de las entrañas de las cataratas.

Por supuesto, como uno de los centros turísticos más importantes del país, los viajeros también pueden disfrutar de las numerosas bondades de la ciudad como tal, entre las que destacan una amplia y cálida oferta hotelera, mucha variedad gastronómica y de entretenimiento de día y de noche

Después de un viaje de seis horas por carretera y 450 kilómetros hacia el noreste, a través de hipnotizantes paisajes otoñales, propios de esta época del año, el siguiente destino fue Ottawa. Sin embargo, a mitad de camino, los viajeros pueden encontrar un destino natural que merece un espacio en el itinerario: el archipiélago de las 1000 Islas. Situado sobre el río San Lorenzo, constituye una frontera natural con Estados Unidos y es famoso por su belleza natural, puesto que alberga 1864 islas de diferentes tamaños y formas. En algunas épocas del año, el programa permite realizar un tour en barco para conocer más de cerca este paraíso natural.  

Una vez en la capital del país, Ottawa, el grupo visitó los lugares más emblemáticos de la ciudad, como el Château Laurier, el ayuntamiento, las residencias del primer ministro y gobernador general, el canal Rideau y la basílica de Notre-Dame de Ottawa. Además, tuvieron la posibilidad de sumergirse en la cultura local y disfrutar del comercio, las calles y lugares como el tradicional bar Château Lafayette, The Laff, el más antiguo de la ciudad, que funciona desde 1849 y ofrece un ambiente, música y gastronomía típicos de esta región. 

Multilingüe y multifacética

Canadá reconoce tanto el inglés como el francés como idiomas oficiales. Mientras que en ciudades como Toronto, Niagara y Ottawa, el inglés predomina en la vida diaria, en Quebec y Montreal (provincia de Quebec), el francés es el idioma principal. Esta dualidad lingüística, resultado de la colonización francesa y británica, se manifiesta desde los letreros bilingües hasta la variedad de festividades celebradas y es una característica distintiva del país y un testimonio de su fascinante historia.

Después de dejar Ottawa, los visitantes realizarán una parada en un lugar de belleza única: Mont Tremblant, un centro de esquí que cuenta con una amplia oferta de alojamiento y gastronomía para los amantes de este deporte. Aunque la mejor época para visitarlo es en invierno, los viajeros pueden pasar a visitarlo en cualquier momento del año y maravillarse con sus hermosas vistas que mezclan el encanto europeo y la belleza natural.

También se hará una muy productiva parada en la cabaña de Danny. Este establecimiento a la orilla de la carretera ofrece comida, música autóctona y, sobre todo, una de la mejor miel de maple del país. Allí los viajeros podrán disfrutar el sabor de la miel de maple real, un poco distinta a la que se suele probar en Colombia, y comprar diferentes delicias a base de este producto. Es, tal vez, uno de los mejores lugares para comprar souvenirs del recorrido.

Quebec es la siguiente parada del itinerario, y allí el grupo pudo observar el edificio del parlamento, la basílica de Santa Ana y la cascada de Montmorency, que es incluso 30 metros más alta que las del Niágara. Además, pudieron pasear por sus calles y ver las decoraciones navideñas de una ciudad reconocida como el hogar de la “Navidad perfecta”, por el encantador ambiente que se respira en esta época del año. 

Finalmente, el grupo se dirigió por tierra hasta Montreal, fundada en 1642 por el francés Paul Chomedey de Maisonneuve. Es la segunda ciudad más poblada del país y una de las más comerciales y cosmopolitas de Norteamérica. La sede de los Juegos Olímpicos de 1976, el Estadio Olímpico, fue el punto de partida inmejorable de estas últimas actividades, que abarcaron el centro de la ciudad y todos sus atractivos caminando (una experiencia imbatible) hasta la ciudad subterránea, que cuenta con modernos pasajes como restaurantes, comercios y cines. El programa incluye tiempo libre para descubrirla por cuenta propia, lo que es, de hecho, la mejor forma de hacerlo para descubrir al ritmo de cada uno su oferta gastronómica y otros icónicos lugares como el oratorio de San José.

No menos importante, el selecto grupo de invitados pudo probar por su propia cuenta el servicio diferencial ofrecido por Air Canada en la ruta Bogotá-Toronto y las comodidades del moderno Airbus A330-300, con capacidad para 285 pasajeros, que cubre esta ruta tres veces por semana. Gracias a la aerolínea, además. el grupo pudo disfrutar de las instalaciones de su salón VIP en Toronto. 

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