La ciudad finlandesa, situada en el Círculo Polar Ártico, combina la magia navideña con paisajes árticos impresionantes.
Uno de los grandes sueños de la Navidad en Sudamérica es vivir la temporada navideña con nieve, como muestran las tradiciones heredadas de Europa. Y aunque hay varias localidades, y varios Santa Claus que aseguran ser el auténtico, no hay mejor ciudad para descubrir la esencia navideña que Rovaniemi, en el norte de Finlandia, la región conocida como Laponia.
Año tras año, Rovaniemi fue convirtiéndose en la gran capital de la Navidad nórdica. El frío, las pocas horas de luz en invierno y su “pueblo de Santa Claus”, situado en las afueras de la ciudad, contribuyen a crear una experiencia única. Rovaniemi se considera la “ciudad oficial de Santa Claus” desde 2010, pero la oficina de Santa Claus existe aquí en realidad desde 1985. Aunque es un auténtico misterio saber dónde nació realmente Santa Claus: hay quienes dicen que fue en Korvatunturi, una lejana montaña cuyo nombre significa “la colina de la oreja”, porque así fue modelada por los elfos para que Santa Claus pueda escuchar los deseos de los niños del mundo.
Viajar desde Sudamérica a Rovaniemi, requiere planificación, ya que no existen vuelos directos. La ruta más común es volar hacia Helsinki, la capital de Finlandia y desde ahí, se puede tomar un vuelo de aproximadamente 1 hora y 20 minutos hasta Rovaniemi. Otra opción es un tren nocturno que conecta Helsinki con Rovaniemi, y que ofrece una experiencia pintoresca y cómoda.
Las dos temporadas de Rovaniemi
El invierno, de diciembre a marzo, está dominado por las celebraciones de Navidad. Es la temporada alta, ideal para actividades como safaris en trineo tirado por huskies, paseos en moto de nieve y, por supuesto, visitar el Pueblo de Santa Claus. Las temperaturas pueden descender por debajo de los -20°C, por lo que es esencial llevar ropa adecuada para el frío extremo, pero todo está muy bien preparado para que todos puedan disfrutar la estadía sin preocuparse por la temperatura. Y, si hay suerte, quizás también será posible avistar auroras boreales.
Rovaniemi, además, es un atractivo destino para el verano del hemisferio norte: entre junio y agosto es posible experimentar el “sol de medianoche”, un período durante el cual el sol no se pone durante semanas. Es perfecto para actividades al aire libre como senderismo, pesca y recorridos en bicicleta, ya que los días parecen no tener fin. Las temperaturas son más suaves, y oscilan entre 10°C y 20°C.
El Pueblo de Santa Claus
Esta “aldea de Santa Claus” está ubicada a ocho kilómetros del centro de Rovaniemi, y permite conocer a Santa Claus, sacarse fotos con él, enviar postales desde su oficina de correos y cruzar el Círculo Polar Ártico, un hito que será reconocido a los viajeros con un diploma especial. Las familias son recibidas por elfos, que los llevan hasta la entrañable sala donde es posible ver a Santa Claus. En diciembre, funciona como el auténtico corazón de Rovaniemi y sobre todo están siempre llenos los dos buzones de la oficina de correos: el que contiene las cartas para Santa Claus, y el que contiene las cartas que los chicos escriben a sus familias, en todas partes del mundo. Pero lo mejor es que aquí es Navidad todo el año: el pueblo está abierto siempre y ofrece diversas actividades para toda la familia adecuadas a cada estación. Una de las favoritas de los chicos son los trineos tirados por renos, una forma clásica de transporte en esta región de nieves, o tirados por perros huskies. El paseo es una excelente ocasión para aprender sobre el modo de vida de los samis, los habitantes nativos de Laponia, y cómo han lidiado con el clima a lo largo de su historia. El Museo Arktikum ofrece una profunda visión de la cultura lapona y de la vida en el Ártico, por lo que resulta uno de los mejores complementos de la visita.
¿Dónde alojarse en Rovaniemi?
La ciudad está muy bien preparada para recibir a los visitantes. En el centro de Rovaniemi hay hoteles como el Arctic Light Hotel y el Santa’s Hotel Santa Claus, que combinan comodidad con una ubicación céntrica. Si se quiere una experiencia más natural, hay cabañas de madera en las afueras de la ciudad, algunas equipadas con saunas privados, para experimentar esta tradición que los finlandeses se toman muy en serio. Y si se quiere contemplar la aurora boreal desde la comodidad de la cama, existen alojamientos como el Arctic SnowHotel & Glass Igloos, cuyos iglús son domos de techo transparente que permiten divisar el cielo nocturno.