La Comunidad de Madrid aprobó de forma definitiva la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, que permitirá la entrada en vigor del Plan Reside en las próximas semanas.
El Plan Reside del Ayuntamiento de la capital española, que tiene como objetivo proteger el uso residencial en la ciudad y regular los pisos turísticos, fue aprobado por la Comunidad de Madrid. El gobierno regional dio luz verde para modificar el Plan Regional de Ordenación Urbana que permite la entrada en vigor de este nueva normativa durante las próximas semanas.
De esta manera, en Madrid no podrá hacer pisos turísticos dispersos en construcciones residenciales. El área de Urbanismo ha acordado que la apuesta es un modelo en el que este tipo de alojamientos “coexistan con otras modalidades, pero salvaguardando a los residentes de los efectos que supone compartir estos espacios”.
Esto es lo que establece el Plan Reside

La norma aprobada por el Ayuntamiento de Madrid introduce restricciones contundentes. Esta prohíbe totalmente los pisos o Viviendas de Uso Turístico (VUT) en edificios residenciales del centro histórico, incluso en la planta baja de estos.
La actividad se concentrará en edificios exclusivos de uso turístico o en inmuebles no residenciales, en los que sí se admiten alojamientos sin licitaciones. Además, cuando se trata de edificios residenciales situados en calles no tercerizadas, solo podrán volverse turísticos por un plazo de 15 años, mediante una licencia directa vinculada a la rehabilitación y restauración del inmueble.
Fuera del centro histórico, el Ayuntamiento permitirá pisos turísticos en edificios completos o viviendas dispersas, siempre que estas cuenten con acceso independiente y estén situadas en planta baja o primera planta. Adicionalmente, se impide la conversión de locales comerciales en este tipo de alojamientos, tanto en el centro como en ejes urbanos clave como Alcalá, Méndez Álvaro y Príncipe de Vergara.
Un factor clave del Plan Reside es el de los incentivos para reconvertir espacios terciares en vivienda asequible o coliving, así como la transformación de construcciones privadas obsoletas (como antiguos colegios o conventos) en residencias, bajo planes especiales de protección.
Así está el fenómeno
En la actualidad, Madrid cuenta con 17.360 alojamientos turísticos, de los cuales el 92,7 % son pisos turísticos. Pese a esto, solo el 7,45 % de estos últimos tiene licencia, lo que evidencia una situación de descontrol que busca revertir el nuevo plan.
El crecimiento desregulado de este tipo de viviendas ha generado tensiones en barrios tradicionales, en los que el aumento de los alquileres, la rotación de vecinos y la presión sobre los servicios públicos han puesto en vilo la calidad de vida de sus habitantes.
Esta nueva normativa marca un punto de inflexión en la relación de la capital española con el turismo. Así, Madrid se suma a otras grandes ciudades europeas como Ámsterdam, París y Berlín, que han adoptado medidas similares para hacer frente al impacto de estos alojamientos en zonas residenciales.