Aunque los hoteles siguen siendo la opción de alojamiento mayoritaria entre los viajeros que visitan las principales capitales de América Latina, las viviendas de uso turístico ganan cuota de mercado.
Este fenómeno, que responde a una diversificación de la oferta turística, refleja una tendencia creciente hacia la personalización y la flexibilidad en los destinos urbanos, así lo señala el informe “El Alojamiento Urbano en América Latina: Perfil del viajero y preferencias” de la consultora Mabrian, elaborado con datos recogidos en Buenos Aires, Ciudad de México, Lima, Quito, Bogotá, Medellín, Montevideo y Río de Janeiro.
“Las estancias en hoteles representan entre el 60 % y el 80 % del total de las reservas en los destinos analizados, con Montevideo destacándose como la ciudad donde el peso del alojamiento hotelero es más sólido, alcanzando el 87,1 % de la demanda”.
Esta cifra es impulsada por turistas que viajan por negocios o por estancias cortas, donde la opción hotelera sigue siendo la más conveniente por su proximidad a centros de trabajo y la facilidad de servicios adicionales.


El estudio también revela que los viajeros internacionales, en su mayoría provenientes de Estados Unidos y países de la región, tienden a inclinarse por opciones hoteleras de gama media a alta, con especial preferencia por hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas. En el caso de los estadounidenses, la tendencia hacia los hoteles de 5 estrellas se vuelve aún más pronunciada, lo que subraya una segmentación de mercado clara entre quienes buscan confort y servicios premium durante su estancia.
Viviendas turísticas: una alternativa en crecimiento
Las viviendas turísticas están ganando terreno principalmente entre dos perfiles de viajeros. En primer lugar, se encuentran los turistas internacionales con ingresos altos, sobre todo de Estados Unidos, que prefieren alquilar propiedades completas para estancias más largas o en grupos pequeños (familias o parejas). Además, los viajeros nacionales y de mercados regionales con un poder adquisitivo más moderado también han comenzado a optar por estas alternativas, teniendo en cuenta factores como flexibilidad y precio.
Este tipo de alojamiento ha sido especialmente popular en ciudades como Buenos Aires, donde las viviendas turísticas se han convertido en la opción preferida por los turistas nacionales, representando un 63,4 % de las reservas, frente al 36,6 % de las que eligen los hoteles.


En Medellín, un caso único dentro del análisis, el mercado internacional, principalmente de Estados Unidos, se ha decantado por el alquiler de viviendas turísticas, relegando a los hoteles a una segunda posición. Esto muestra un cambio notable en la dinámica de la oferta y la demanda de alojamiento en determinadas ciudades latinoamericanas.
“Este informe tiene implicaciones estratégicas y ofrece pistas sobre la necesidad de definir políticas regulatorias y de producto turístico, que reconozcan la complementariedad del mix de alojamiento que combina camas hoteleras y vivienda turística”.
Carlos Cendra, socio y director de Marketing y Comunicación de Mabrian.
Diversificación de la demanda
La segmentación de la demanda se ha vuelto más marcada en los destinos urbanos de América Latina. Los hoteles siguen siendo la opción principal para viajeros de negocios, parejas y quienes buscan estancias cortas.
“Entre un 20 % y un 30 % de los huéspedes hoteleros en las ciudades analizadas se hospedan en hoteles por motivos laborales, especialmente en destinos como Ciudad de México y Bogotá”.
Carlos Cendra, socio y director de Marketing y Comunicación de Mabrian, subraya que los destinos deben definir claramente sus estrategias para equilibrar la oferta de estos dos tipos de alojamiento: “El peso, relevancia y rol que asume cada una de estas opciones debe responder al objetivo de capitalizar la atracción de mercados internacionales y ofrecer alternativas atractivas al turismo doméstico, creando, en definitiva, una oferta de alojamiento equilibrada que se ajuste a los objetivos de desarrollo turístico de cada destino”.
La creciente competencia entre hoteles y viviendas turísticas en América Latina presenta tanto desafíos regulatorios como oportunidades para el turismo. Es fundamental que los destinos basen sus estrategias en datos precisos y en un análisis constante de la evolución de las tendencias de demanda.