Estos destinos centroamericanos se empiezan a posicionar en el radar de los viajeros gracias a sus características atractivas: fácil conectividad aérea, poca documentación de viaje, precios accesibles y, además, una estadía todo incluido de la mano de Decameron.
A menos de dos horas de Colombia y con más de un centenar de frecuencias aéreas semanales, Panamá ha sido durante años una opción segura para quienes buscan una escapada cosmopolita con una dosis de playa y mucha diversión. En este país, específicamente en Farallón, Río Hato, se encuentra el Grand Decameron Panamá, A Trademark All Inclusive, el hotel más grande de la marca que promete una experiencia magnífica para familias, grupos de amigos, parejas y viajeros corporativos.
Su gran tamaño y variedad de espacios son el secreto detrás de esta multifacética propuesta. El resort —ubicado frente a una playa de arena blanca y aguas azules y una naturaleza vibrante que invita a relajarse y disfrutar— ofrece 852 habitaciones, seis piscinas, canchas deportivas multiusos, discoteca, gimnasio, spa, 10 restaurantes (tipo buffet y especializados en comida italiana, asiática, parrilla, mexicana y más), un centro de convenciones con capacidad con capacidad máxima de 1.000 personas. Los huéspedes de este hotel también pueden elegir el servicio All Inclusive Plus, un servicio diferencial con atributos superiores para elevar la estancia de los huéspedes.
Esta oferta se complementa con una gran variedad de actividades para grandes y chicos, que harán de su estadía realmente emocionante: un tobogán de tres pistas, deportes acuáticos no motorizados, un campo de golf de 18 años (con acceso incluido y green fees de costo adicional), un emocionante cronograma de actividades durante todo el día y espectáculos diurnos y nocturnos.
“El hotel es tan grande que le permite a todos los segmentos convivir en un mismo espacio y no sentir que hay experiencias que pueden ir en contravía. Además, en ciudad tenemos hoteles aliados de otras cadenas, que permiten al cliente comprar un combinado perfecto: llegar primero a nuestro resort de playa y finalizar en alguno de los hoteles aliados en Ciudad de Panamá, con todas las experiencias de compras y gastronomía que ofrece”, explica Mauricio Garcia, director Comercial de Hoteles Decameron.
Más al norte del continente, en el departamento de Sonsonate en El Salvador, los viajeros encontrarán una opción competitiva, cómoda y acogedora. Se trata de Royal Decameron Salinitas, una propiedad de 552 habitaciones, cinco restaurantes, seis bares, un club de playa y un centro de convenciones con capacidad de hasta mil personas. Son varios los aspectos que destacan: una piscina natural de agua de mar que se llena y desocupa con la marea; una oferta gastronómica variada, que resalta los sabores locales e incorpora conceptos culinarios interesantes; el spa, que ofrece distintas técnicas de masaje y relajación; y sus espacios de entretenimiento: desde una zona para niños hasta discoteca, pasando por espacios para recorrer en bicicleta, toboganes y actividades para todos los gustos y edades.
“Panamá y El Salvador son de fácil acceso en términos de conectividad, documentación y precio. Y Decameron ofrece un formato que resuelve todo el viaje: desde las comidas y bebidas —muy valoradas por los huéspedes—, hasta el entretenimiento, actividades para todas las edades y la posibilidad de descubrir el destino con Decameron Explorer”, concluyó García.




