En la región de Bohemía del Sur, abrazado por el río Moldava, se encuentra Cesky Krumlov. Esta pintoresca ciudad es conocida por su bien conservado centro histórico, su icónico castillo y su arquitectura medieval, renacentista y barroca que invita a perderse en sus calles.
Rodeada por el río Moldava, Cesky Krumlov destaca a primera vista por su forma pintoresca y serpenteante, casi abrazada por el río, y por sus calles empedradas y colinas boscosas. Su centro histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1992, gracias a su bien conservada arquitectura medieval, renacentista y barroca, y sus calles encantadoras invitan a los viajeros a explorarlas.
Con todos estos atributos, no es sorpresa que sea considerado el pueblo más bonito de República Checa. Pero además de su belleza, Cesky Krumlov ofrece una interesante variedad de experiencias, que varían desde comer en una taberna medieval o disfrutar de la Noche Barroca hasta visitar el Festival Internacional de la Música o función de opera o ballet en el teatro giratorio. Por ello, enumeramos cinco experiencias imperdibles en el destino:
1. Perderse en las calles de la Ciudad Vieja
Caminar por sus calles es la forma más bonita de conocer la ciudad de Český Krumlov. Se recomienda al viajero simplemente perderse en el casco histórico y admirar los edificios con frescos renacentistas y barrocos que le transportarán en el tiempo. Los imperdibles incluyen la Plaza de la Concordia, la iglesia de San Vito, el complejo de Monasterios o la Galería de Egon Schiele. El día puede terminar admirando la vista en el mirador frente al hotel Růže o desde el puente que cruza el río Moldava.
2. Visitar el Castillo de Cesky Krumlov
El principal atractivo de Český Krumlov es su majestuoso castillo. Con más de 40 edificios, este complejo es el segundo más extenso del país después del Castillo de Praga. Se recomienda especialmente tomar una de las visitas guiadas que recorren los interiores de los palacios, subir a la torre y no saltarse el Teatro Barroco. Los cuidados jardines son ideales para dar un paseo tranquilo y los miradores son un punto clave para tomar fotografías.
3. Recorrer el río Moldava en la balsa
El río Moldava da la vuelta alrededor de toda la ciudad y la mejor forma de como recorrerlo es en una balsa o un raft. Una aventura con un poco de adrenalina en los momentos de bajar los pequeñas desniveles tipo cascadas.
4. Tomarse una foto de época
En el Museo-Fotoatelier Seidl pueden no solo conocer cómo se hacían fotografías hace más de 100 años y admirar las fotos de la ciudad, sus alrededores y sus habitantes de ese tiempo, sino también tomarse la foto como si vivieron en esa época.
5. Vivir la Fiesta de la Rosa de Cinco Pétalos
Cada año, el tercer fin de semana de junio, la ciudad regresa al siglo XVI para vivir su época más célebre, glamourosa e importante. La época cuando gobernaba la familia noble Rosenberg que tenía en su escudo la rosa de cinco pétalos. La gente viste traje de la época, los coches sustituyen los caballos, se organiza desfile de caballeros encabezado con el soberano, combates medievales, mercados de artesanías y comida de la época, conciertos de música renacentista.