Planeación basada en datos, chefs galardonados, variedad culinaria y la escucha al cliente han hecho de la comida uno de los puntos más aplaudidos por los huéspedes.
Si se le pregunta a un huésped de Hoteles Decameron qué fue lo que más disfrutó durante su estadía, la gran mayoría resaltará la oferta de alimentos y bebidas. Esta predilección es, por supuesto, gracias a la sazón, variedad y disponibilidad de la oferta, y también el resultado de un cuidadoso trabajo de planeación y creación mucho más complejo de lo que se cree.
El responsable de estos procesos y sus exitosos resultados es Alejandro Rozo, chef corporativo de Hoteles Decameron, quien explicó que la construcción de un menú se basa en una profunda comprensión del cliente y la adaptación a las condiciones de cada destino. Para ello, se recurre a información estadística de los huéspedes, con datos como edad, genero y país de procedencia, además de un análisis de los productos con mayor demanda.
“Las mujeres suelen consumir más dulce y vegetales, pero menos carnes rojas y grasa; mientras que los hombres tienden a consumir más productos indulgentes como la hamburguesa y las papas, y también más picante. La dieta de los niños y adultos mayores también tiene unas preferencias y debemos tener en cuenta quiénes vienen a los hoteles para asignar los diferentes productos del menú”, relató.
Todo este proceso sienta las bases para el desarrollo del menú de los diferentes hoteles: “Nosotros definimos un estándar basado en parámetros de calidad y variedad que vinculamos con las mejores propuestas de nuestros chefs en cada región, para así definir el total de nuestra oferta gastronómica, garantizando el uso de los mejores ingredientes y aplicando normas internacionales para ofrecer siempre alimentos seguros”, comentó el chef y aclaró que este trabajo atañe a todo el equipo de cocina, a los proveedores, el equipo de compras y almacenes.
En todo este proceso, la opinión de los huéspedes toma un rol fundamental. Por ello, el equipo de cocina se apoya en el análisis de rotación de productos, pero también han implementado un programa para que los cocineros hablen con los comensales tras la comida y poder obtener sus comentarios de primera mano, lo que ha permitido descubrir oportunidades de mejora.
Este proceso también se sustenta en las nuevas tecnologías en las cocinas, que son fundamentales para reducir el consumo de recursos y garantizar la trazabilidad. “En la medida en que nosotros tenemos mejor tecnología, simplificamos los procesos y mejoramos el resultado final”, aclaró Rozo.
El chef corporativo también se refirió a la renovación de propiedades y que también involucra la oferta gastronómica. Por ejemplo, ahora están renovando el menú de los restaurantes italianos con una propuesta que combina lo mejor de la cocina italiana tradicional con diferentes elementos de tendencia, como ingredientes y técnicas de cocción para enriquecer su oferta y darle un caracter más contemporaneo.
