A partir del 30 de agosto, los viajeros internacionales que quieran entrar a China ya no tendrán que presentar una prueba negativa de covid-19 a su llegada. Este es uno de los pasos más significativas en el proceso de apertura al mundo del gigante asiático.

En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, dio a conocer que China dará un paso definitivo en el desmantelamiento de su estrategia para prevenir el covid-19. De esta forma, el país dejará de exigir una prueba covid-19 negativa de ácido nucleico o antígenos.

China mantuvo algunos de los protocolos más estrictos de todo el mundo para contener la pandemia, en virtud de una política que pasaba por reducir a cero la tasa de contagios a costa de imponer confinamientos indiscriminados. Durante casi tres años, la política de ‘cero covid’ implicaba un cierre casi total de fronteras: se dejaron de expedir varios tipos de visados y solo los ciudadanos chinos y un número reducido de extranjeros podían entrar al país, tras lo cual les esperaba un mínimo de 14 días de cuarentena en un hotel asignado por las autoridades y costeado por el viajero.

 El desmantelamiento de esta política comenzó en diciembre de 2022 y en abril de 2022 se eliminó como requisito la prueba PCR negativa en las 48 horas previas a la entrada a China. Ahora, con este nuevo anuncio, se acerca a una política semejante a la de 2019.

En los últimos meses, China ha impulsado diversas acciones por aumentar los vuelos internacionales, incluido un acuerdo para aumentar los vuelos entre China-EE.UU.; sin embargo, este acuerdo no ha logrado restablecer las cifras prepandemia. Por ello, el destino busca revitalizar su mercado de viajes receptores, para facilitar una recuperación genuina del sector de viajes.