El lunes 20 de enero, Donald Trump se posesionó como presidente de Estados Unidos. Sobre la base de lo que representó su primer mandato para el sector turístico, los analistas tratan de anticipar el rumbo que se tomará durante el periodo 2025-2029.
Estados Unidos no es el primer del destino del mundo en cuanto a cantidad de visitantes, aunque figure en el grupo de cabeza. Pero es el campeón mundial indiscutido en lo referente a ingresos turísticos. En 2023, el país norteño recibió 175.100 millones de dólares. El segundo en importancia fue España, con 92.000 millones. El turismo es un puesto de relevante importancia para la economía de Estados Unidos y el rumbo elegido por cada presidente puede llegar a tener destacadas consecuencias para su desarrollo.
Para su segunda presidencia, Donald Trump tendrá mayoría en el Congreso y el Senado, a diferencia de su primer mandato, entre 2017-2021. Ese escenario político promete un impacto significativo en la economía, las relaciones internacionales y las políticas migratorias. Pero también alcanzará el turismo; con repercusiones globales, por la importancia del mercado estadounidense.
El primer mandato de Donald Trump provocó una caída en las llegadas internacionales a Estados Unidos, que también se vio, muy levemente y durante unos meses, desde Colombia. La Oficina Nacional de Viajes y Turismo de Estados Unidos (NTTO) afirmó que llegó a – 4 % en 2017 y fue parte de lo que se llamó el Trump Slump. Esa caída se podía explicar desde distintos factores:
- Políticas migratorias más restrictivas. La Orden Ejecutiva 13769 (llamada el Veto Musulmán) generó incertidumbre y contrajo el turismo desde los países árabes.
- Percepción negativa de Estados Unidos.
- Revalorización del dólar que encareció los viajes a Estados Unidos. Afectó por igual a mercados desarrollados y emergentes.
¿Trump bump o Trump slump?
El 47˚ presidente de Estados Unidos prometió cambios rápidos y medidas contundentes desde los primeros días de este nuevo mandato. Seguramente se aplicarán medidas migratorias más restrictivas y veremos endurecimientos en la entrega de visados. Es algo que impactará directamente sobre América Latina, un continente donde solamente Chile (y quizás Uruguay a partir de este año) integra el programa Visa Waiver.
El asunto de las visas, de hecho, es uno de los puntos que le restan competitividad a Estados Unidos a nivel global, como lo señala una investigación realizada en 2023 por la Asociación de Viajes de Estados Unidos (U.S. Travel Association) y Euromonitor International. De otro lado, la Sociedad Estadounidense de Asesores de Viajes (ASTA) pidió la semana pasada al nuevo gobierno desistir de las prohibiciones de viajes por causar incertidumbre a un sector ya de por sí bastante sensible a las incertidumbres.
El turismo transatlántico también podría enfriarse, si la Administración estadounidense vuelve a reavivar conflictos comerciales como los hubo bajo la primera presidencia de Donald Trump. Desde incentivos a cadenas hoteleras para dinamizar el turismo interno hasta tasas adicionales a las aerolíneas extranjeras, las especulaciones agitan el mundo del turismo, tanto en destinos estadounidenses como en el resto del planeta.
La sostenibilidad es otro gran parámetro a considerar. Desde la pandemia, la población mundial es más sensible a todo tipo de acciones que cuidan el medio ambiente. Si el presidente Trump vuelve a minimizar las regulaciones ambientales, es una política que será vista como negativa por muchos viajeros que, supuestamente, buscarías destinos más verdes.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, con el Congreso y el Senado de su lado, marca a partir del hoy una nueva era política global, con repercusiones que se notarán hasta en la industria de los viajes y del turismo. Todavía es temprano para saber si se modificarán los actuales flujos turísticos y si se crearán nuevas dinámicas. Lo cierto es que el turismo es un sector clave de la economía de gran parte de los países del mundo y que el poderío económico y financiero de Estados Unidos puede afectarlos.
