Un nuevo estudio sobre los medios de pago más usados por los clientes latinoamericanos reveló que el uso de efectivo continúa en declive, mientras que las billeteras digitales y las tarjetas bancarias siguen en auge.
Cada vez es mayor el número de consumidores latinoamericanos que pagan sus compras con tarjetas bancarias o transferencias digitales, lo que ha relegado el uso de efectivo a un papel secundario en prácticamente todas las industrias. Así lo reveló el estudio sobre medios de pago conducido por McKinsey & Company. Según las cifras de las encuestas, el efectivo pasó de ser el medio de pago preferido en 2021, con un 59 % de las transacciones completadas en papel moneda, a ser el segundo método más usado en 2023, con un 30 %: una disminución de cerca de 30 puntos porcentuales en solo dos años.
Esta estrepitosa caída se corresponde con un auge de los medios de pago electrónicos. Para el 2023, el método de pago más utilizado fueron las tarjetas bancarias, con un 54 % (36 % para tarjetas débito y 18 % para tarjetas crédito). En tercer lugar, se ubicaron los pagos móviles. Este fenómeno ascendente de la bancarización de la economía se ve reflejado en el crecimiento de los monederos digitales y los bancos sin sucursales (también conocidos como soft banks) en Latinoamérica y el mundo entero.
Aunque la adopción de los pagos digitales ha representado una gran oportunidad para los usuarios y los pequeños comercios, la implementación de datáfonos o pasarelas digitales de pago representa un gasto financiero importante para los comercios de todos los tamaños. Sin embargo, el estudio reveló que los consumidores son cada vez más propensos a abandonar una compra cuando el comercio no ofrece pago con transferencias digitales o tarjetas bancarias; por lo que la implementación de los pagos sin efectivo es, prácticamente, obligatoria.
Causas de la bancarización
Aunque la principal razón que esgrimieron los consumidores encuestados para utilizar las cuentas bancarias por encima del efectivo en sus transacciones fue la facilidad de uso, los argumentos varían si se habla del uso de tarjetas débito y crédito.
Las más usadas siguen siendo las tarjetas débito asociadas a una cuenta de ahorros. El 50 % de los consumidores que usaron este medio de pago en 2023 indicaron que la razón principal fue la rapidez y facilidad de pago, seguido por un mejor control de los gastos (41 %) y la posibilidad de pago sin contacto ni uso de PIN (28 %). Cabe destacar que los latinoamericanos siguen actuando de manera conservadora con sus finanzas personales, pues el estudio indicó que la preferencia por las tarjetas débito se debe, principalmente, a que son válidas por efectivo y no requieren incurrir a la deuda para transacciones del día a día.
Dicho esto, las tarjetas de crédito crecieron en su cuota de mercado, y la mayoría de los usuarios que las prefirieron argumentaron que lo hicieron gracias a la posibilidad de pagar las compras a cuotas con intereses relativamente bajos (50 %). Las tarjetas de crédito fueron usadas más en transacciones de mayor valor. Sin embargo, los programas de fidelización y acumulación de puntos (28 %) y las promociones especiales y alianzas con los comercios (18 %) son factores que han tomado fuerza entre los tarjetahabientes para que se decanten por las tarjetas de crédito.
El efectivo sigue vigente
Aunque cede terreno de manera importante, el uso de efectivo no va a dejar de existir, al menos en el mediano plazo. El mismo estudio mostró que el 43 % de los consumidores de Colombia sigue viendo el efectivo como el medio de pago principal, especialmente para las transacciones de menor valor, lo que convierte a nuestro país en el segundo mercado de la región que más recurre al papel moneda para sus compras.
No obstante, la tendencia sí revela una necesidad del comercio por perseguir la interoperabilidad entre los medios de pago para ofrecer una experiencia de compra fluida y evitar el abandono de una transacción por no ofrecer un medio de pago u otro. De la misma forma, forjar alianzas con las entidades emisoras de los plásticos o con las pasarelas de pago también se puede constituir en una prioridad importante pues, como se evidenció, un descuento especial o la posibilidad de acumular puntos por las compras puede convertirse en una estrategia de mercadeo efectiva que haga la diferencia.
¿Y el turismo?
La bancarización no es nueva para la industria de los viajes, pues estos son transacciones de valor relativamente alto que se han pagado de manera electrónica (principalmente, por transferencia o consignación bancaria) desde hace décadas. Sin embargo, el auge de las billeteras digitales sí ha impactado a las agencias de viajes y aerolíneas, que han debido incorporar a su portafolio este tipo de pagos en los últimos años. Por fortuna, las pasarelas de pago y datáfonos han incorporado estos medios en su oferta de servicios, por lo que las ventas y el recaudo de la industria no se han visto muy impactados.