En la poco conocida isla de San Vicente y Las Granadinas, en las Antillas Menores, descansa el hotel más nuevo de Sandals Resorts: Sandals St. Vincent. En una invitación especial, Rèport News tuvo la oportunidad de descubrir y explorar los servicios diferenciales de esta propiedad.
Es uno de aquellos destinos que las personas reconocen, pero no conocen. Y, en realidad, puede que ese sea parte de su encanto. Con grandes montañas, propias de su origen volcánico, y frondosos bosques tropicales, San Vicente y Las Granadinas destaca desde el aire por su exuberante naturaleza, que una vez en tierra se puede explorar en recorridos por sus picos, bosques y cascadas, y desde el mar con visitas a algunas de sus 32 islas y cayos.
Seguramente, el lector se siga preguntando: ¿y dónde está San Vicente y las Granadinas? Pues forma parte de las islas de Barlovento de las Antillas Menores. Es decir, se encuentra entre el mar Caribe y el Océano Atlántico —desde el este de Puerto Rico hasta la costa occidental de Venezuela—, y hacen parte de aquellas islas expuestas a los vientos alisios, que generan un clima más húmedo y una naturaleza exuberante. Fue una colonia inglesa, y hoy es una monarquía parlamentaria en la Mancomunidad de Naciones, que tiene como idioma oficial el inglés y destaca por la fusión de culturas indígenas, africanas y europeas.
Para llegar, es necesario volar: puede ser desde Miami con American Airlines, o desde Panamá y Barbados con Copa Airlines y Caribbean Airlines. Una vez en tierra, los viajeros solo deben dirigirse a la oficina de Sandals en el aeropuerto para ser trasladados a Buccament Bay, un valle rodeado de montañas y mar, donde se encuentra el hotel número 18 de Sandals Resorts, ubicado en la novena isla caribeña donde opera la compañía.
“Este resort tiene 20 hectáreas y 301 habitaciones. Y debo decir que, aunque ya había muchos hoteles en San Vicente, Sandals trajo a la isla un concepto nuevo, un resort nuevo que ha fascinado a los viajeros y ha impulsado el turismo en el destino”, relató Tamon Allen, gerente del Sandals St Vicent & The Granadines.
En una invitación especial, Rèport News tuvo la oportunidad de descubrir y explorar los servicios diferenciales de Sandals St. Vincent, el más nuevo resort de la compañía y una muestra de su evolución hacia el concepto Sandals 2.0.
Sandals 2.0: un producto aún más elevado
Sandals St. Vincent marca un nuevo capítulo para la cadena hotelera: es su primer resort en el Caribe oriental y una nueva alternativa para viajeros que buscan destinos poco tradicionales sin renunciar al lujo. Este hotel encarna la evolución de la marca hacia Sandals 2.0: una nueva era que apuesta por el diseño moderno, una conexión con la naturaleza, mayor personalización y propuestas gastronómicas renovadas.
Según Arlenes García, directora de Ventas y Mercadeo para Latinoamérica de Sandals & Beaches Resorts, esta evolución se hace evidente en piscinas más impresionantes, nuevas categorías de habitaciones —como villas sobre el mar de dos pisos o suites con teatro en casa o gimnasio privado— y restaurantes innovadores como Buccan, que introducen conceptos culinarios nuevos.
“Hacemos una invitación oficial a los agentes de viajes para que conozcan Sandals 2.0 en Sandals St. Vincent; este es un hermoso resort con 301 habitaciones y suites, piscinas hermosas e inclusiones de calidad más que en ningún otro resort en el Caribe. Cuando el agente de viajes vende con nosotros, tiene la tranquilidad de que sus clientes vivirán una excelente experiencia. Por ello, queremos invitarlos a que vean y conozcan la experiencia Sandals de primera mano porque ver es conocer y es vender”, aseguró García.
Autenticidad, naturaleza y lujo en Sandals St. Vincent
Desde el aeropuerto Internacional de Argyle, los viajeros disponen de transporte terrestre hacia Buccament Bay, donde se encuentra el resort, en un trayecto de cerca de 50 minutos. Sin embargo, quienes reserven habitaciones en la categoría Butler Elite (mayordomo) iniciarán sus vacaciones de una forma aún más cómoda: conectarse con el espíritu del Caribe, quitarse sus zapatos, olvidarse de las maletas y abordar un taxi acuático que los llevará a Sandals St. Vincent en 20 minutos.
Al llegar, ya sea por tierra o por mar, el impacto visual es inmediato. Desde la entrada terrestre, destaca una impresionante piscina de 90 metros de longitud que se extiende desde el lobby hasta el corazón del hotel. Desde el mar, el resort se revela como un oasis rodeado de montañas, con lujosas villas de dos pisos sobre el agua y una romántica capilla construida sobre el mar.
La propiedad ofrece 301 habitaciones y suites, distribuidas en 15 categorías. Todas están diseñadas para dos personas, con cama King y un diseño sofisticado y fresco, donde los tonos neutros y los detalles toman el protagonismo. Las opciones incluyen desde habitaciones con balcón, Media Room (equipadas con teatro en casa o gimnasio personal) o acceso swim-up hasta suites con servicio de mayordomo, villas de una o dos habitaciones con piscina privada frente al mar y las exclusivas villas sobre el agua de dos pisos. Un detalle distintivo es que muchas de estas habitaciones —especialmente las Media Room— han sido concebidas para que los viajeros puedan disfrutar y relajarse plenamente, incluso en días en que el clima no acompañe.
Cada categoría detalla claramente los servicios y comodidades que ofrece, lo que facilita a los agentes de viajes encontrar el alojamiento ideal para sus clientes. Las habitaciones se agrupan en tres niveles de servicio: Estándar, Club Sandals (con lounge exclusivo y beneficios adicionales), y Butler Elite, que incluye atención personalizada de mayordomo.
Rodeado de naturaleza exuberante, jardines tropicales y senderos, Sandals St. Vincent es un refugio lujoso y lleno de detalles, ideal para quienes buscan descanso sin renunciar a la diversión. Ya sea flotando en su tranquila playa, explorando los alrededores en kayak o tabla de vela, o disfrutando de la animada piscina de 90 metros, siempre hay algo por hacer. Como en todos los resorts de la marca, las actividades en tierra y mar están incluidas: esnórquel, buceo (hasta dos tanques diarios para personas certificadas), voleibol, clases de baile y noches de cine bajo las estrellas forman parte de la experiencia.
“Cuando un cliente viene a Sandals, repite. Y eso se debe a que no hay sorpresas; el cliente solo llega a relajarse y todo lo que puede necesitar está a su disposición: bebidas premium, gastronomía variada, actividades y servicios como nuestros mayordomos personales. Por eso, hablamos de que se debe pensar en el valor más que en el precio: la experiencia que vive en nuestros resorts supera todas sus expectativas”, destacó García.
Un viaje gastronómico
Desde una cena relajada frente al mar hasta preparaciones gourmet con cortes selectos de carne y mariscos, la propuesta culinaria de Sandals St. Vincent está diseñada para sorprender. El resort ofrece opciones italianas, caribeñas, japonesas, pizzas al horno, ensaladas frescas y una cafetería, pensadas para satisfacer incluso a los paladares más exigentes. Un valor añadido es el cuidado que todos los meseros tienen con las restricciones alimentarias y dietas especiales de los huéspedes, adaptando menús y ofreciendo alternativas en cada restaurante.
Entre las grandes novedades destaca Buccan, un restaurante family-style que celebra la cocina vicentina con platos para compartir llenos de sabor y especias. Scrimshaw también sorprende: ofrece desayunos a la carta por la mañana y mariscos por la noche. Imoro propone ensaladas para llevar, ideales para disfrutar junto al agua, mientras que Parisol funciona como un club de playa con opciones ligeras y saludables.
Cuando cae la noche, el epicentro del entretenimiento es Three Jewels, un bar de ron que rinde homenaje a las 32 islas y cayos del país con una carta de 32 etiquetas distintas. Allí, los huéspedes pueden disfrutar desde cócteles clásicos hasta bebidas artesanales, mientras participan en fiestas silenciosas, karaokes y otras actividades nocturnas.
Más lujo, más ganancias
Si bien alojarse en Sandals ya es un sinónimo de lujo, la experiencia puede volverse aún más sofisticada y personalizada. Imagine esto: en lugar de hacer check-in en el lobby, el huésped puede ir directamente a su habitación, refrescarse con un cóctel de bienvenida y registrarse a su ritmo. ¿Y si no desea salir en la mañana? Basta con compartir sus preferencias y recibirá el desayuno en la habitación a la hora indicada. Después de un día de excursión, podría regresar y encontrar la tina lista para un baño relajante, sin haberlo pedido.
Con un mayordomo, las posibilidades se amplían y la experiencia se eleva. Desde recibir su snack favorito justo al borde de la piscina, hasta coordinar un masaje en el spa, reservar un tour con Island Routes o preparar una cena privada junto al mar: todo puede gestionarse con una simple llamada. ¿No es eso lo que todo viajero busca?
“¿Por qué no ofrecerle a su cliente una habitación con mayordomo? ¿Por qué no incluir de una vez un tour por la isla?”, reflexiona la directora de Ventas y Mercadeo para Latinoamérica. “Invito a los agentes de viajes a intentarlo: ofrezcan las categorías más altas, los tours, los masajes, los servicios adicionales. Todo esto se traduce en una experiencia elevada para el cliente y una mayor comisión para ustedes. Todos ganan”.
